Editorial
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Fuego en el corazón

Fuego en el corazón

Además de escribir inmensos poemas, talento que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1945, la escritora chilena Gabriela Mistral (cuyo nombre real es Lucila Godoy Alcayaga) también dedicó su vida a la docencia. Una parte de esas andanzas académicas las reflejó en un decálogo dirigido de manera generosa a sus colegas maestros.

Vale la pena destacar algunos puntos de esa decena de amorosas sugerencias para ejercer el magisterio. Uno dice: “Simplifica, saber es simplificar sin restar esencia”. Otro recomienda: “Insiste, repite como la naturaleza repite las especies, hasta alcanzar la perfección”. Uno más asegura: “Vivifica tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser”. Otro punto casi implora: “Maestro, sé fervoroso, pues para encender lámparas has de llevar fuego en el corazón”. Y otro más advierte: “Cultívate, porque para dar, hay que tener mucho”. Que estas palabras de la autora de poemarios como “Desolación” y “Tala”, y una de las pedagogas más sobresalientes del siglo XX, sirvan para describir con justicia la labor cotidiana y comprometida de nuestras maestras y maestros del CCH, que hoy son el centro de una celebración nacional que los honra y distingue. En este número de la Gaceta CCH laten las experiencias en el aula de quienes han ofrecido sus conocimientos y su pasión de enseñanza, y que, a partir del confinamiento sanitario impuesto por la pandemia, se han adaptado, a pesar de las dificultades, a la formación a distancia. Esta publicación también resguarda el punto de vista de sus alumnos, que reconocen, con agradecimiento genuino, a sus formadores. ¡Muchas felicidades a las maestras y maestros en su día!

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