Francisco Hernández Velasco

Imparte matemáticas en el plantel Oriente

Para Francisco Hernández Velasco, las claves en la docencia son disciplina y constancia

Imparte matemáticas en el plantel Oriente
Para Francisco Hernández Velasco, las claves en la docencia son disciplina y constancia

Ingresó al plantel Oriente a inicios de los años ochenta. Desde entonces sostiene que impartir clases es una gran experiencia. Algunos de sus exalumnos han seguido sus pasos, pues, motivados por su manera de dar clases, descubrieron su vocación matemática. Hoy, cuatro décadas después y en medio de una pandemia, Francisco Hernández Velasco reflexiona sobre el papel del docente, una labor que ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias.

“Recuerdo cuando ingresé al Colegio como profesor. Nadie nos capacitó para impartir clase. Nos proporcionaron el programa y a dar clases. Fui aprendiendo poco a poco con el tiempo. De la misma manera llegó la pandemia y nadie nos enseñó cómo impartir clases de manera virtual. Ahora estoy en el proceso de aprendizaje”.

Como alumno, perteneció a la segunda generación de estudiantes del plantel. Hoy, el maestro de matemáticas considera que en este periodo también se han presentado aprendizajes, como el que implicó el uso de plataformas digitales. “Aprendo a trabajar sin la presencia física de los alumnos, con poca interacción alumno-profesor”.

Del mismo modo, refiere que esta nueva modalidad ha implicado adaptarse a otras dinámicas importantes, como “revisar de manera virtual los trabajos, exámenes, tareas, enviar las calificaciones y observaciones”.

Sobre la vacunación anti-Covid, expresa: “Cuando regresemos a las clases presenciales, serán muy similares como antes de la pandemia, ya que seremos los mismos profesores y los alumnos tendrán las mismas características. Habrá pocas modificaciones, aunque sería bueno dar la clase presencial simultáneamente en la plataforma para que quedara grabada y así, si un alumno no puede asistir, pueda ver la clase después o repasar algún punto”.

El maestro también ha recibido las enseñanzas de mentores especiales, empezando por sus padres y su hermano mayor, Fernando Fabián, quien se desempeñó como académico en este mismo centro escolar. “Como alumno del CCH recuerdo a mi profesor de Física, Ernesto Guzmán; al de Psicología, Gregorio Campos, si no hubiera sido matemático quizá sería psicólogo. A mis asesores de tesis, Alberto Alonso y Coria, en licenciatura, y Ernesto Pérez Chabela, en maestría. Tuve el privilegio de tomar clases con Alberto Barajas, Roberto Vázquez, Guillermo Torres, Emilio Lluis Riera, José Ríos, Ricardo Weder, César Rincón y Jorge Ize, quienes dieron un gran impulso al desarrollo de las matemáticas en México”. De todos ellos, afirma, aprendió la disciplina, la constancia, así como la forma de resolver problemas matemáticos.

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