Editorial
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Los libros, un tesoro

Los libros, un tesoro

Para el Colegio de Ciencias y Humanidades es un motivo de alegría participar en la ceremonia de entrega de libros a las y los estudiantes del bachillerato, quienes padecieron, al igual que nosotros, el aislamiento forzoso por causa de la pandemia, y hoy son recibidos con un cálido abrazo de nuestro Señor Rector, Enrique Graue Wiechers, y las autoridades centrales universitarias.

El abrazo y las palabras de reconocimiento se materializan en los paquetes de libros de poesía, cuento, ensayo y novela que forman parte de un magno proyecto de fomento a la lectura y a la adquisición de conocimientos y valores, indispensables para el desarrollo emocional y académico de nuestros jóvenes.

El escritor argentino Jorge Luis Borges consideraba que “de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación”

El libro es también un motor de la alegría, de la felicidad y la libertad. El libro nos divierte, nos eleva a realidades nuevas, pero también es un poderoso instrumento para generar conciencia y conocimiento, pues, como decía Aristóteles, “todos los hombres (y mujeres) tienen naturalmente el deseo de saber. El placer que nos causan las percepciones de nuestros sentidos son una prueba de esta verdad”, y este saber se encuentra en los libros reverenciados por la tradición como la Biblia, la Torá o el Corán o los libros de bolsillo de la Biblioteca del Estudiante Universitario.

A lo largo de la historia, ha sido muy grande el culto a los libros; el poeta francés Mallarmé dice que el mundo existe para llegar a un hermoso libro y Borges se enorgullece más de los libros que ha leído, pues se considera, ante todo, un buen lector, como lo fue don Quijote, aunque de tanto leer se le haya secado la mollera, o Madame Bovary, quien, por creer en todo lo que leía en las novelas románticas, sufrió un golpe de realidad que la llevó al suicidio.

Pero, ante todo, la lectura es una necesidad vital, pues, en opinión de Homero, los dioses tejen desdichas (o tramas) para que a las generaciones futuras no les falte algo que cantar. Así, la necesidad de la imaginación y, desde luego, de la fantasía enriquece nuestra manera de ser y estar en el mundo. Esta es la metáfora de La Historia interminable, de Michael Ende, cuando el personaje Bastián inicia la lectura de esta obra, asume el grave compromiso de que el reino de Fantasía no desaparezca, devorado por la nada o el vacío. De modo que cada lector contribuye a resignificar el mundo o a releerlo para transformarlo, como pensaba Paulo Freire.

Por último, en varias épocas se ha dicho que los libros son tesoros que guardan la memoria, la cultura y el espíritu de los pueblos, y el día de hoy, si compartiéramos dicha metáfora, nuestros jóvenes reciben estos tesoros de las manos del Señor Rector. Muchas felicidades a nuestros jóvenes y a las autoridades universitarias por este noble esfuerzo.

 

Dr. Benjamín Barajas Sánchez

Director General del Colegio de Ciencias y Humanidades