Desarrollo del juicio moral

Kohlberg VS. Gilligan

El dilema de Heinz ayuda a saber las razones para tomar decisiones

Kohlberg VS. Gilligan
El dilema de Heinz ayuda a saber las razones para tomar decisiones

El tema sobre el desarrollo del juicio moral nos invita a reflexionar sobre las razones que tenemos para actuar. Muchas acciones cotidianas se relacionan con el juicio moral, desde las razones para cuidar a un pariente enfermo, hasta para pagar impuestos. Podemos actuar motivados por distintas razones y no todas son igualmente valiosas.

Hay una diferencia entre ser justos, ser compasivos, ser empáticos, actuar por conveniencia o por miedo al castigo. Estas diferencias fueron analizadas y clasificadas por Lawrence Kohlberg en sus estudios sobre el desarrollo del juicio moral.

Kohlberg elaboró una investigación empírica para establecer distintos niveles del desarrollo del juicio moral, desde la infancia y la adolescencia hasta la vida adulta.

El psicólogo norteamericano utilizó una situación hipotética, conocida como el dilema de Heinz, para conocer las razones en las que se apoyaban las decisiones de niños, adolescentes y adultos. Con base en las respuestas, Kohlberg propuso tres niveles de desarrollo del juicio moral: preconvencional, convencional y posconvencional.

En el nivel preconvencional los niños obedecen a sus padres ciegamente y actúan por miedo al castigo. En el nivel convencional prevalece el deseo de cumplir con las normas, actuar con reciprocidad y cuidar las instituciones. En el nivel posconvencional se actúa con base en principios éticos universales y no a partir de normas prestablecidas; se debe actuar con un sentido de justicia, imparcialidad, y con respeto a la dignidad y a los derechos humanos. Los niveles miden las respuestas desde la heteronomía hasta la autonomía.

No obstante, Carol Gilligan, discípula de Kohlberg, advirtió que los criterios propuestos tenían un sesgo de género. Las respuestas de las niñas y las estudiantes universitarias eran diferentes a los niños y a los varones. 

Ante la pregunta ¿qué significa para ti el concepto de moralidad?, la respuesta de algunos varones relacionaba la moralidad con las obligaciones. Mientras que las mujeres de la misma edad y estudios asociaban la moralidad con el deseo de no dañar y cuidar a los demás. Aparentemente las niñas tenían un desarrollo moral inferior a los niños porque decidían a partir de la empatía, el deseo de cuidar y ver por los demás.

Carol Gilligan cuestionó la taxonomía de Kohlberg y objetó que los resultados no explicaban las diferencias de la motivación moral entre mujeres y hombres. Gilligan propuso que no sólo debía identificarse el juicio moral con el concepto de justicia, sino también era necesario agregar el concepto de cuidado. Kohlberg aceptó algunos aspectos de esta crítica y rechazó otros.

En sus investigaciones Gilligan mostró que la crianza de los hijos favorece dos formas distintas de autonomía. El interés por los derechos individuales y el desdén por lo comunitario probablemente esté relacionado con la exigencia de que los varones tengan que valerse por sí mismos y sean individuos autosuficientes. Para Gilligan las mujeres construyen su autonomía por medio de vínculos emocionales y en la relación con los demás. La crítica de Carol Gilligan apunta hacia una ética del cuidado, de ayuda mutua y de cooperación.

Esta controversia nos motiva a pensar en que las prácticas sociales generizadas repercuten en nuestras habilidades, limitaciones, vicios y virtudes morales. Los argumentos de Carol Gilligan también han sido cuestionados por algunas feministas, sin duda Gilligan abrió una discusión muy amplia que incluye la crítica a las epistemologías androcéntricas, pero lo cierto es que el interés exclusivo por la justicia nos aleja de establecer vínculos personales y bien puede ocurrir que alguien se sienta mucho más cómodo al pagar sus impuestos que cuidar a un pariente enfermo. 

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