El pejelagarto, un verdadero sobreviviente

Animales fantásticos

Acuario resguarda a un par de ellos

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Acuario resguarda a un par de ellos

El Atractosteus tropicus, mejor conocido como pez Gaspar o Pejelagarto, es una especie única, considerada como fósil viviente, ya que ha sobrevivido sin cambios los últimos 100 millones de años; se halla en ríos, esteros, humedales y lagunas del sur de México, hasta países como Costa Rica y Nicaragua, en Centroamérica. Si aún no lo conoces, el Acuario del plantel Vallejo tiene un par de ellos.

Justo a la entrada del Acuario se encuentra la pareja de pejelagartos que llegó al centro educativo hace seis años, medían apenas unos 10 centímetros; si vas a visitarlos hoy, observarás que han crecido hasta rebasar los 40, aunque algunos especímenes pueden superar el metro 25 centímetros y un peso máximo de 28 kilogramos.

Su cuerpo es largo y parece un cilindro, es de color verde grisáceo y tiene escamas romboides muy duras que cubren todo su cuerpo; su nombre proviene de esa extraña apariencia que le da una cabeza similar a la de un lagarto y el cuerpo de un pez.

Parece lento, en ocasiones incluso aparenta estar congelado, pero es capaz de moverse muy rápido, por ejemplo, si se trata de cazar una presa: vuelve súbitamente la cabeza, muerde a su víctima por el costado, la voltea y comienza a tragársela.

Se le considera como un pez voraz porque se alimenta de otros peces, de materia orgánica en descomposición, crustáceos y plantas, dependiendo de su hábitat, aunque se le considera mayoritariamente carnívoro.

Este antiquísimo animal es sinónimo de resistencia ya que pueden enfrentar situaciones bastante extremas en las que otras especies se verían menos afortunadas.

Cuentan que alguna vez hubo un apagón en el Acuario y no se pudo oxigenar el agua, pero sobrevivieron gracias a que su vejiga almacena oxígeno suplementario que ayuda a sus branquias cuando éste escasea en el entorno. 

Estos ejemplares viven generalmente en agua dulce y se encuentran en algunas partes de Estados Unidos, México y Centroamérica.

Se sabe que se reproducen en época de lluvias, entre los meses de junio y julio. Los machos maduran en su primer año de edad (36-42.5 cm), las hembras maduran y desovan al segundo (36-48.5 cm), pero es en el tercer año que las hembras desarrollan su potencial reproductivo.

Su gran capacidad de supervivencia ha permitido su crianza. En México se encuentran centros acuícolas en Tabasco y Campeche, donde se realiza el cultivo intensivo en larvicultura, semi-intensivo en alevinaje y extensivo en engorda.

En el sureste del país se consume como alimento tradicional y en estados del centro como ingrediente exótico. 

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