Editorial
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Leer para transformar el mundo

Leer para transformar el mundo

En el Plan y Programas de Estudio del Colegio de Ciencias y Humanidades la lectura y la escritura han sido habilidades fundamentales no sólo para adquirir y registrar información, sino para entender los diversos procesos en todos los ámbitos del conocimiento e influir sobre ellos, para mejorar nuestra condición social. En este sentido, como lo expresara el brasileño Paulo Freire, se lee y se escribe para comprender y transformar el mundo.

Desde luego, la lectura y la construcción de sentido cambia según los contextos históricos, el imaginario colectivo, la perspectiva individual, la experiencia vicaria y, en general, los propios intereses del que lee y los propósitos que lo animan.

En términos amplios, la lectura implica una proyección del presente al futuro; se parte de una realidad incompleta que requiere ser llenada de nuevos contenidos vivibles, para ser disfrutada en su plenitud. Y esto es así porque en el fondo de todo acto de lectura subyace una utopía que busca ser realizada a través de un viaje, o un acto de imaginación que, en cuanto llega a los límites del texto, pareciera evaporarse si no se vincula con un nuevo texto, a la manera de las historias encadenadas medievales.

Todos los lectores ficticios o reales son utopistas, hedonistas y, sobre todo, es gente que vive en los umbrales de la fantasía y la realidad porque, ambas polaridades, en su delicado equilibrio, parecieran certificar la verdadera existencia del hombre y la mujer, incluso en estos tiempos de aparente confusión y opacidad doctrinaria.

Por eso cobran vigencia personajes como Don Quijote y Madame Bovary, quienes creyeron en lo que leían a costa de su propia vida. También recordamos a don Alfonso Reyes y Jorge Luis Borges, quienes fueron lectores paradigmáticos, y según expresaba el argentino, su obra mayor fue haber sido un consumado lector. A fin de cuentas, estas cuatro figuras representan la utopía de la lectura como una fuerza liberadora.

En este contexto, la lectura puede ser un acto constitutivo del ser con los otros y, por eso, dicha habilidad entra en el ámbito de la interculturalidad, entendida como “un proceso basado en el derecho a la coexistencia pacífica, el reconocimiento y respeto mutuo entre las personas”, y esto cobra vigencia en un mundo globalizado y, en apariencia, mejor comunicado, el cual, sin embargo, ha impuesto compartimentos estancos, a través de las redes sociales y el fenómeno de la “pantallización”, que distorsiona el contacto interpersonal.

Ante el actual panorama, el Primer Congreso Nacional de Lectura e Interculturalidad pretende analizar experiencias y mediaciones de lectura entre comunidades culturales en contextos de vulnerabilidad y exclusión, considerando los ejes temáticos del género, la migración, la memoria, la discriminación, los medios y la cultura digital.

A lo largo de una semana, contaremos con la exposición de 8 conferencias magistrales, 118 ponencias, 400 asistentes registrados y la presencia de 27 universidades nacionales y extranjeras. De modo que reiteramos nuestro agradecimiento al comité de organizadoras y a todas y todos los participantes en este magnífico evento. Muchas gracias a todas y todos. “Y que por nuestra raza hable el espíritu”.

 

Dr. Benjamín Barajas Sánchez

Director General del Colegio de Ciencias y Humanidades

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