Las palabras al servicio de la igualdad

Somos lo que decimos y hacemos: Carlos Lomas

El reto es una nueva alfabetización que incluya lectura crítica de la cultura digital

Somos lo que decimos y hacemos: Carlos Lomas
El reto es una nueva alfabetización que incluya lectura crítica de la cultura digital

Para Carlos Lomas García, doctor en Filología Hispánica y catedrático de Lengua Castellana y Literatura en el Instituto Núm. 1 de Educación Secundaria de Gijón, la enseñanza del lenguaje debe atender a la mejora de las destrezas comunicativas del alumnado, pero también fomentar una ética democrática de la comunicación, que ponga el uso de las palabras al servicio de la libertad, de la equidad, la convivencia armoniosa entre las personas y las culturas y del ejercicio del pensamiento crítico.

“Somos lenguaje. Somos lo que decimos y hacemos al decir. Y somos lo que nos dicen y nos hacen al decirnos cosas con las palabras. Por eso, el uso del lenguaje no es inocente y no siempre está al servicio de la convivencia y de la equidad sino también del menosprecio, del engaño, de la discriminación e incluso del silencio y de la ocultación, lo que tiene efectos éticos”, subrayó el experto. 

Al dictar la videoconferencia magistral “Enseñanza del lenguaje, competencias comunicativas y sociedad en red”, como parte de las actividades del Congreso Nacional de Lectura e Interculturalidad, que organiza el Colegio de Ciencias y Humanidades, el académico español recalcó que la educación debe adoptar un compromiso democrático de naturaleza ética para orientar las palabras al servicio de la convivencia armoniosa entre los pueblos.

En el mismo tenor de la ética de la educación y el lenguaje, Lomas García relexionó sobre la necesidad de desvelar las trampas del lenguaje, los engaños de que es objeto el discurso y por tanto ese mundo de la verdad de las mentiras que orienta al engaño, manipulación, menosprecio y formas de entender el mundo inequitativas e injustas.

“No es una tarea fácil, ya que la educación tiene un poder, pero no todo el poder, no todo depende del trabajo de maestros, hay otras instancias de carácter económico y social que son determinantes, incluso más que la escuela”.

“Tenemos una posibilidad positiva de influir en los estudiantes”, consideró el también codirector de Textos. Didáctica de la Lengua y la Literatura, sobre todo ante el diluvio de información que ofrece la red y que propicia una ausencia de conocimientos.

 

La nueva alfabetización

En su opinión, es urgente una lectura crítica y de evaluación por parte de quienes navegan por los océanos digitales y, en ello, la educación tiene un gran reto ante la nueva alfabetización del presente siglo, porque si bien hoy se tiene acceso a infinidad de contenidos y puede parecer que eso nos hace más sabios, con frecuencia no somos capaces de localizar y ordenarla de manera crítica.

En la educación, puntualizó, ya no es sólo necesario saber cosas, es esencial saber dónde están esas cosas, cómo obtenerlas y entenderlas de una manera crítica, significativa y funcional. No sólo se trata de saber hablar, leer y escribir, sino cómo evitar la manipulación informativa de la televisión o el auge de las fake news, del engaño y la mentira en las redes sociales. No es fácil educar en la sociedad en red, consideró.

La convivencia en el tiempo y en el espacio entre una cultura impresa, una audiovisual y una sociedad en red, sitúa a la escuela en un contexto de incertidumbres y desasosiegos. No se trata de entender el auge digital, como el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, sino como una reflexión específica sobre los discursos asociados a esas tecnologías.

En este sentido, explicó el autor de El poder de las palabras, la lectura es una de las tareas alfabetizadoras por excelencia de la escuela antes, durante y después del mundo en que vivimos, por eso, las actividades enfocadas a fomentar la comprensión lectora (identificación de ideas principales y secundarias, distinción entre información y opinión, datos e ideas, hechos y argumentos, conocimiento del vocabulario, intención del autor, tipo de textos, contexto del texto…) son esenciales en todas las materias de la currícula.

De manera que “la alfabetización escolar de las personas en el siglo XXI exige la enseñanza de los saberes, de las destrezas y de las actitudes que permiten no sólo el intercambio oral y escrito, sino también el conocimiento y la lectura crítica de los usos y formas de los medios de comunicación de masas y de los hipertextos de la cultura digital”, concluyó. 

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