Natalia Porta comparte experiencia argentina

Natalia Porta comparte experiencia argentina

Sitúa en el mismo plano a maestros y estudiantes

Natalia Porta comparte experiencia argentina
Sitúa en el mismo plano a maestros y estudiantes

La lectura de textos literarios es un momento de profundo aprendizaje y compartir ese momento con alguien puede verse como un instante de profunda democracia; un ejercicio de ciudadanía, de convivencia pacífica, aseguró la periodista Natalia Porta, quien es coordinadora del Plan Nacional de Lecturas del Ministerio de Educación de Argentina.

En su participación en el primer Congreso Nacional de Lectura e Interculturalidad con la conferencia magistral “Mirar profundo”, Porta recordó que su país tiene una gran tradición de bibliotecas populares y destacó que el Plan Nacional de Lectura no es la única política para esta actividad, pero sí es una de las más poderosas, “porque trabajar con los futuros docentes y los niños tiene mucho sentido”.

La también integrante de la Fundación Mempo Giardinelli habló de la gran responsabilidad que tiene ante las comunidades de lectoras y lectores que conforman desde escuelas y bibliotecas escolares de su país.

“En Argentina, sin embargo, las escuelas están en una especie de retroceso, porque hubo un periodo entre 2015 y 2018 en que no leía para aprender algo, pues se decía ‘hoy no hicimos nada, estuvimos leyendo’, como si no fuera un momento de profundo aprendizaje”.

Desde luego, dijo, se refiere a las lecturas de las cuales no se puede controlar la interpretación y por eso provocan tanta ansiedad a los docentes, porque no hay manera de obtener respuestas estandarizadas; a lecturas que sitúan en el mismo plano de lectores a docentes y estudiantes, porque “por más que tengamos algún saber especializado, en el momento de leer compartimos algo, es un momento de profunda democracia”.

“Casi diría: un ejercicio de ciudadanía, de convivencia pacífica. A eso le tiramos al compartir estos textos, en los que la acción sea después, justo en la discusión literaria, no obligada, en la que se respete el silencio de los demás si no quieren opinar, a ese tipo de lectura me refiero, que no sea ahora aprendemos de los mapuches y eso leemos hoy, una lectura no relacionada con la currícula”, reconoció la académica.

 

Amar la lectura

Sobre cómo lograr que los maestros amen la lectura, Porta señaló que una propuesta que tiene la Fundación desde hace muchos años es reunir a los docentes a leer en grupo, porque nadie se sostiene como lector leyendo solo, hay que tener a alguien a quién decirle y compartirle.

La docente en Pedagogía de la Lectura con orientación para niños y jóvenes por el Instituto de Estudios Superiores de la Fundación Mempo Giardinelli recordó que el Plan Nacional de Lecturas que coordina está activo desde 2019, después de unos años de discontinuidad entre 2015 y 2018. “Este Plan retoma las políticas que el Estado argentino prevé en la ley de 2004 y que por primera vez garantiza el derecho de todas las personas a leer”.

“Es decir, a tener oportunidad de entender, nombrar las cosas e intervenir en el mundo, porque esa normativa no sólo reconoce la centralidad de la lectura en todos los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino que obliga, desde 2004, a la renovación periódica de los acervos de las bibliotecas escolares”.

La ponente disertó sobre las políticas en materia de lectura en Latinoamérica, las cuales considera ausentes. Afirmó que cada coalición gobernante, en diversos países, suele cortar las iniciativas de la anterior y pretende comenzar de cero cada vez; sin embargo, no es el caso del Plan Nacional de Lectura de su país, pues incorpora tradiciones y líneas de acción implementadas desde los tiempos de la democracia recuperada en los años ochenta.

Para finalizar su participación, la promotora leyó algunos cuentos de pueblos originarios e invitó a conocerlos. “Se tiene la idea que Argentina es cuasi un país europeo, pero no lo es, somos realmente múltiples, diversos, mapuches, guaranís, huarpes y demás etnias de la Patagonia”, subrayó Porta, tras reconocer que los jóvenes no se encontrarían con la lectura si no fuera por los docentes.

Compartir: