consejeros

Agradece lealtad y tesón

La maestra Silvia Velasco Ruiz, secretaria General de esta institución, reconoció la gran labor hecha por ese órgano colegiado porque “se sumaron de manera comprometida e institucional para poder dar la línea de trabajo de todo el Colegio, junto con nuestro director general y los directores de los planteles, y así continuar”.

El CCH siguió porque el Consejo Técnico tuvo el compromiso y la disposición para no reunicair y seguir hasta el día hoy, les agradezco por haber escuchado y atendido todos los señalamientos de la comunidad para poder avanzar. Sus consejeros, como se dice, “se rifaron como los grandes”, siempre en apoyo total a la toma de decisiones.

Entre sus mayores retos, recordó, estuvo mantener las actividades académicas, continuar los procesos académico-administrativos, y una vez que la Universidad permitió realizar procesos electorales, empezar a conformar los cuerpos colegiados: dictaminadoras, consejos académicos, internos, universitarios, ya que todo se detuvo. “Normar toda la actividad académica, dar certezas a maestros y alumnos, lo cual fue muy importante.”

Hoy, el Consejo Técnico tiene que generar estrategias para poder empezar otra vez a tejer esa colegialidad en los espacios académicos; es decir, poder poner en común intereses que permitan tener una gobernabilidad incluyente, donde justamente los alumnos y los profesores se sientan parte de este espacio académico, concluyó.

Elogia trabajo en equipo

El Consejo Técnico hizo uso específico y amplio del término de colegialidad, “que significa unir los esfuerzos de todos sus integrantes para intentar resolver los problemas del Colegio de Ciencias y Humanidades, y logramos salir adelante y eso es lo más importante”, afirmó el profesor José de Jesús Moncayo Sahagún, del plantel Oriente, decano del Consejo Técnico saliente.

En opinión del catedrático,  el doctor Benjamín Barajas y la maestra Silvia Velasco fueron atinados en su dirección, y también la secretaria Académica, la maestra María Elena Juárez, y los directores de los cinco planteles, quienes trabajaron en equipo con el director general, y el equipo del doctor Benjamín con todos nosotros, en ese sentido me gustó, fue muy bonita la experiencia”.

Desde luego, expuso, no fue un periodo exento de retos, “se trataba de cuatro años de trabajo, 2016-2020, del órgano colegiado y fueron casi seis, pero “salimos fortalecidos, se resolvieron las actividades del Consejo y también como docentes esta experiencia nos enriqueció”. Los retos, ahora, son  seguir resolviendo un sinfín de problemas, pero, sobre todo, “trabajar en equipo, de manera colegiada para sacar adelante a la institución y formar los mejores estudiantes”.  

Aprendizaje y calidez humana

La profesora Margarita Lugo Rocha, del plantel Vallejo, y consejera técnica saliente, afirma que el Consejo Técnico le dejó un gran aprendizaje.

“No es lo mismo estar frente a clase que en una situación donde de nosotros dependen muchas actividades, lo comparo como si fuéramos una cámara de diputados y senadores conjunta que determina leyes, plazas para los profesores, permisos para los alumnos, entre otras; y todas estas cosas y sobre todo las leyes que se manejan dentro del Consejo, y que son muy importantes, es algo que como profesor desconoces”. 

Recordó que hace seis años recibió el conjunto de leyes que había que aplicar en el órgano de gobierno: “Fui conociendo a través de las diferentes situaciones que se nos presentaban, una labor en donde enfaticé mucho en no saltarnos esas leyes, a lo mejor fui muy polémica durante mi trabajo durante estos seis años porque siempre estuve si no criticando, sí con la posición de no saltarnos estos aspectos”, refirió.

El aprendizaje fue mucho, dijo, pero también destacó la calidez humana, particularmente de toda la gente que ayuda al Consejo. “No solamente se queda en lo que hacemos nosotros, si no tuviéramos todas las secretarías de apoyo que están por parte del consejo, no podríamos hacer nada”.

Recalcó la disposición de todos, “generalmente acudíamos y participábamos a pesar de las diferentes situaciones que se presentaron en la pandemia”.

En este sentido, una fortaleza fue poder aguantar sesiones tan largas como las que tuvieron dentro de la emergencia, incluso terminar a la media noche, señaló la profesora.   

Institucionalidad con base en la justicia

Pese a la pandemia, el Consejo Técnico se distinguió por su esfuerzo continuo y porque siempre hubo el interés de estar al tanto de los problemas, tal vez eso sea una fortaleza, “porque ante las dificultades de salud mucha gente se retiró y eso no pasó aquí, siempre las discusiones se continuaron como si estuviéramos presencialmente”.

Así lo aseguró el profesor Óscar Cuevas de la Rosa, del plantel Azcapotzalco, quien hizo énfasis en que el CT debe defender la institucionalidad, el conjunto de normas, sin embargo, hay veces que hace falta salirse un poco y analizar el caso para evitar injusticias.

Las decisiones de un consejo o un órgano de autoridad no siempre se deben guiar sólo por la norma, puntualizó el docente. 

Los consensos, por el bien del Colegio

Aunque fueron años muy duros, especialmente los de pandemia, en el Consejo Técnico se conformó un grupo de trabajo muy unido, donde se generó mucha discusión y, pese a que en algunos momentos costó trabajo llegar a acuerdos, “siempre encontramos consensos; todos estuvimos siempre por el bien del Colegio de Ciencias y Humanidades y siempre apegados a la legislación”.

Así lo consideró la consejera saliente Macarita Guadalupe Isabel Calcáneo Garcés, para quien fue un honor pertenecer a este órgano colegiado, en el que, aseguró, “trabajé con todas mis capacidades, di todo lo que pude y traté de cumplir de la mejor manera representando a mi plantel, Naucalpan”.

El Consejo Técnico del Colegio es extraordinario porque marca la pauta, da los lineamientos, remarcó. 

Apela a la ética y al espíritu universitario

Cuando entras al Consejo Técnico tienes una idea muy vaga de lo que significa este órgano de gobierno, pero cuando se empieza a trabajar los documentos, se conocen las normatividades y los estatutos, las interpretaciones del abogado y la opinión de los compañeros que aportan mucho,  porque tienen una gran experiencia, una trayectoria académica muy sólida y son muy agudos en sus reflexiones, expresó el profesor Óscar Alfredo Solórzano Mancera, del plantel Vallejo, y consejero saliente.

Sobre las fortalezas de este grupo de trabajo destacó la colegialidad, “el hecho de que el consejo esté formado por un grupo de profesores, autoridades, directores de planteles y dirección general, y alumnos, habla de que hay una pluralidad, y eso permite la fortaleza del propio órgano. Es importante que se escuchen las voces aunque no se esté de acuerdo, pero sobre todo que se dé el diálogo”.

Se pronunció por fortalecer la transparencia e invitó a la nueva etapa del Consejo Técnico a que tengan el espíritu universitario, que se conduzcan con ética, rectitud, honestidad y siempre con la verdad. 

El Consejo Técnico lo impulsó a formarse

Estar en el Consejo Técnico ha sido una experiencia enriquecedora. Se aprende muchísimo de procesos administrativos, elaboración de documentos sobre cuestiones educativas, y de las aportaciones de los compañeros; uno se ve obligado a formarse, para enriquecer las sesiones, destacó el consejero Luis Felipe Badillo.

“Nos tocó actualizar protocolos, trabajar en la revisión de planes y programas y no nos detuvimos en pandemia”, agregó el profesor, quien a partir de esta experiencia, dijo, tiene una mayor sensibilidad para conocer a los estudiantes y sus problemas, y reconocer sus talentos en la práctica educativa cotidiana.

También aprendió sobre la importancia de tratarlos con calidad y calidez, que es fundamental, ya que el aprendizaje no es sólo cuestiones mecánicas o técnicas, pues involucra mucho los sentimientos. Este órgano colegiado fue un equipo plural en el que todos tuvimos la oportunidad de aprender de todos, consideró.  

Trabajo colegiado, la clave

Al hacer un balance de su periodo dentro del Consejo Técnico, el maestro Gilberto Fuentes Romero, del plantel Sur, se congratuló de la colegialidad que se vio siempre reflejada en las distintas comisiones que integran este órgano de gobierno, lo que abonó para que el Colegio siguiera cumpliendo con todas sus funciones.

Ha sido un privilegio y un honor haber participado, dijo, y reconoció que ante las problemáticas de hoy se requiere del profesorado para darles solución “y creo que lo más importante es trabajar de manera colegiada para contrarrestar estas dificultades no sólo del CCH, sino también al interior de la UNAM”.

Para el consejero saliente, toca a los sucesores seguir trabajando en los pendientes, entre ellos concluir la revisión de los Planes y Programas de Estudios, “que harán que nuestro bachillerato sea de vanguardia”. Para ello, señaló, tienen que ser consejeros participativos, propositivos, capaces de llegar a consensos. 

Exhorta a amar al Colegio

Para el profesor Pantaleón Gómez Carranza, consejero saliente, muchas fueron las experiencias, todas muy agradables, de haber pertenecido al máximo órgano de gobierno del CCH. “Ha sido una etapa muy grande de aprendizajes… aprendí, más o menos, cómo se maneja el Colegio”.

Como consejeros técnicos, sostuvo, asumieron un fuerte compromiso y responsabilidad, ya que “para eso nos eligieron; ahí mostramos o pretendimos mostrar nuestro amor por el Colegio y nuestros deseos por que siga superándose”.

Un aspecto fundamental de dicho trabajo, compartió, es la colegialidad, puesto que “es la esencia de la cuestión administrativa en todos los procesos del Colegio, lo que nos hace diferente a otras instituciones, porque tenemos procesos claros, en beneficio de todos. A los consejeros entrantes los invitó a comprometerse, involucrarse y tener amor al CCH. 

Continuidad a los trabajos

Agradecido por las enseñanzas que le dejaron estos seis años en el Consejo Técnico, el profesor Helios Becerril Montes destacó todo el trabajo que realizaron en ese órgano, especialmente en los últimos años, para sacar adelante todos los procesos que han servido y servirán a los profesores para hacer una carrera académica.

También, todo el trabajo para mantener a esta máxima autoridad del Colegio como lo que es, “un símbolo importante de nuestra institución, porque el CCH sigue siendo un espacio importante de preparación para nuestros jóvenes”.

Ahora toca seguir la labor en el proceso de todas las actividades que realizan los profesores, los alumnos y trabajadores, “porque no podemos dejar atrás el trabajo hecho sino seguir con él en busca de una mejor calidad de vida escolar y en el Colegio”. 

Decisiones responsables

Compromiso, comunicación con la comunidad y estudiar ampliamente las decisiones que se van a tomar al interior del Consejo Técnico (CT) son recomendaciones que la maestra Margarita Castelán Sánchez hace a los consejeros que se incorporarán al máximo órgano colegiado del CCH.

Al hablar sobre su experiencia en el CT, dijo que se lleva la satisfacción de haber podido conocer la estructura del Colegio y adquirido conocimientos más amplios sobre cómo funciona la institución para poder apoyarla.

Aprendió, dijo, que es importante empaparse de más información, “creo que sí hace falta tiempo para conocer ampliamente los estatutos, e incluso también llevarlos a los diferentes planteles o áreas para ahí conocer las necesidades que tienen los profesores, y tomar decisiones responsables, en beneficio de toda la comunidad. 

Riqueza de puntos de vista y acuerdos

El maestro Armando Palomino Naranjo dejará el Consejo Técnico, orgulloso de la labor y la alta responsabilidad con la que se conduce el máximo órgano de gobierno del CCH, porque eso, aseguró, ha permitido que “el Colegio no se detenga y se mantenga siendo fundamental para el subsistema de bachillerato de la UNAM y el liderazgo que requiere”.

Señaló que desde un principio él tenía claro que como máximo órgano de gobierno del CCH, la labor del Consejo es muy importante, no sólo porque muchas de las cosas que ocurren en el Colegio pasan por ahí, sino por la responsabilidad que implica ser un órgano colegiado, donde la colegialidad se tiene que manifestar en todo momento.

La colegialidad es importante, subrayó, porque implica esta riqueza de puntos de vista distantes que, sobre la base de las discusiones, al final confluyen en consensos, acuerdos y formas de poder sacar adelante el trabajo en beneficio de toda la comunidad. 

Solidaridad y apoyo

En el Consejo Técnico es donde mejor se ha reflejado la colegialidad porque, pese a la emergencia, hubo participación, solidaridad y apoyo, el cual fue evidente al momento de tomar decisiones, pues la mayoría fueron aprobadas por consenso y por wwwel bien del Colegio, destacó el consejero Rogelio Ramírez Avendaño, profesor del plantel Vallejo.

Al hacer un balance de estos seis años de trabajo en el CT, aseguró que fue una experiencia muy grata haber participado en algo que es mucho más complejo de lo que se piensa, primero en modo presencial y luego en línea por la pandemia, la cual  se prolongó dos años y los obligó a trabajar desde casa, a pesar de lo cual ellos no se detuveron para que el Colegio continuara.

Toca a los nuevos consejeros, dijo, mantener el espíritu universitario, de compromiso por el CCH y por la Universidad Nacional, además de la responsabilidad para participar en las mejores decisiones que favorezcan a la comunidad. 

Trabajo compartido

Satisfecho con el trabajo colaborativo que se realizó en el Consejo Técnico durante seis años, el profesor Humberto Ruiz Ocampo, consideró que la principal fortaleza de la máxima instancia de gobierno en el Colegio es que es un órgano democrático, que surge y se sustenta en sus propios integrantes (autoridades, profesores y alumnos) y funciona dentro de sus propias capacidades y recursos.

También la colegialidad, que es un principio universitario que, por un lado, facilita la participación de la comunidad a través de la representación y, por el otro, es un espacio de trabajo compartido.

“Su importancia radica en que es congruente con nuestro Modelo Educativo, ya que es una forma de convivencia práctica que se manifiesta en la estructura de los cuerpos de gobierno, los cuerpos colegiados y en la organización del trabajo académico”, consideró Ruiz, quien cree que podría haber más nexos de comunicación con su comunidad. 

Ejemplo de vida democrática

Al hablar sobre lo que más aprecia de su periodo como consejero técnico, el profesor Jorge Luis Gardea Pichardo aseguró que ha sido la capacidad de todos sus integrantes para encontrar respuestas colegiadas y sustentadas en el conocimiento, la experiencia y la normatividad, todo ello, sin desviarse del interés de seguir construyendo una Institución innovadora y creativa.

Recordó que el CT está conformado por docentes con un enorme compromiso institucional, amplia experiencia y conocimientos sobre el funcionamiento de los ámbitos académicos y administrativos del Colegio, que formar parte de este Consejo ofrece la oportunidad de conocer con mayor profundidad nuestro Colegio.

Es un órgano, agregó, que destaca por su colegialidad, que es el mejor ejemplo de la vida democrática de la UNAM. 

Siempre imperó el diálogo

Uno de los grandes aprendizajes en el Consejo Técnico fue que ante cualquier conflicto o diferencia de opinión se debe privilegiar el diálogo, en ese sentido, el doctor Benjamín Barajas ha evidenciado una gran capacidad para presidir el máximo órgano de gobierno del CCH, ya que nunca impuso su punto de vista, sino que escuchó y tomó en cuenta las opiniones, subrayó el profesor Julio César Reyes Mar.

Sobre su experiencia en el CT, el consejero saliente destacó el trabajo coordinado, que ni la pandemia ni los diferentes movimientos políticos lograron frenar. Recordó que, aunque por razones obvias hubo retrasos, nunca dejaron de lado el compromiso de representar a sus compañeros y compañeras profesores.

Fue un trabajo colegiado derivado de la responsabilidad compartida y solidaria entre la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades y el H. Consejo Técnico, que a través de comisiones y plenarias, avala, modifica o rechaza lo que propone la parte ejecutiva, siempre bajo la idea de buscar lo mejor para la comunidad. 

Se veló por el bien común

Si algo caracterizó al Consejo Técnico saliente fue su armonía, siempre trabajar por el bien de la comunidad, no por intereses locales, sino por todo el Colegio, que es uno solo, aunque esté dividido en cinco planteles, aseguró el profesor Gilberto Reyes Martínez.

Consultado sobre su experiencia en el máximo órgano de gobierno del CCH, señaló que, aunque fue una responsabilidad muy grande hacer que en estos seis años el Colegio siguiera trabajando, “somos universitarios y creemos que la UNAM merecía esto y más”.

Pese a las presiones que enfrentaron, siempre trabajaron porque el Colegio estuviera a la altura, agregó Reyes, quien recomendó a los profesores que ahora asumirán esa misma encomienda, que trabajen con unidad y actúen con madurez académica, manteniendo la prudencia y la camaradería, a favor de los cinco planteles. 

Fue un gran equipo de trabajo

Tras asegurar que su estancia en el Consejo Técnico le permitió conocer más a fondo a la Universidad y al Colegio, la profesora Gloria Medina Cervantes, del plantel Sur, destacó el compromiso de todos los participantes en continuar el trabajo en las comisiones, de manera presencial o virtual durante la contingencia sanitaria.

“Para ello también fue importante la atención que los órganos auxiliares de este Consejo tuvieron en este tiempo y el gran apoyo de la comisión técnica, en la preparación de los expedientes a revisión.   ¡Fue un gran equipo de trabajo!”, aseveró.

Sin duda, esta experiencia le permitió experimentar la colegialidad como un espacio de participación armónica, documentada y respetuosa de profesores que trabajaron juntos en beneficio de alumnos y compañeros, por lo que consideró importante favorecer esa colegialidad entre los cecehacheros, a fin de que refuercen sus conocimientos, desarrollen habilidades y compartan sus experiencias con otros”. 

La línea de la solidaridad

A punto de cumplir 25 años en el Colegio, la maestra María del Carmen Rosas Herrera dejará el Consejo Técnico “muy contenta y agradecida”, porque puede ver conjuntado todo ese trabajo y trayectoria académica que, al final, le dejó un crecimiento laboral, tanto con los compañeros y como con los alumnos. “Indudablemente ha sido una experiencia enriquecedora en todos los aspectos”.

Algo que ha sido fundamental, expuso, es la colegialidad, sin ella “no podríamos avanzar, no podría ser esa esencia universitaria ni cecehachera; me parece que es muy importante y lo vemos en este máximo órgano de gobierno, pues es algo que deja huella como académicos y seres humanos”.

A los nuevos consejeros, les recomendó ser condescendientes, solidarios y unidos, y les pidió seguir haciendo trabajo colegiado, que continúen la línea de la solidaridad, “porque es lo que nos une; si estamos unidos, podemos; si cada uno va por su lado, no lo lograremos”. 

Se unieron a pesar de las diferencias

La resiliencia, la pluralidad y el actuar conforme a la normatividad fueron características del Consejo Técnico saliente, las cuales permitieron que, pese a la pandemia, el órgano de gobierno mantuviera su vocación reflexiva para tomar las mejores decisiones posibles para el Colegio, aseguró la  profesora y consejera técnica, Gabriela Valdez Peña.

“De manera personal aprendí que la pluralidad y la diversidad que nos caracteriza como Colegio es la mejor forma de llegar a acuerdos, siempre y cuando sea por la vía del diálogo”, destacó la profesora, al recordar que el Colegio vivió toma de planteles, la pandemia y con ello la necesidad de llevar las clases y el propio trabajo a la virtualidad.

También aprendió, dijo, el valor de la colegialidad, porque “estar unidos a pesar de la diferencia es esta colegialidad y la importancia que tiene es que juntos siempre somos más fuertes y creo que hoy como nunca lo hemos demostrado, hoy como nunca que nos han golpeado, esa colegialidad ha hecho que salgamos adelante”. 

Cada consejero tiene una función clave

Una de las mayores fortalezas que tiene el Consejo Técnico es mejorar las normas y disposiciones generales, en ese sentido, cada uno de los consejeros tiene una función muy importante y escuchar a nuestros compañeros, para poder ayudar a resolver las dudas que muchos tienen, destacó Alejandra Paola Bear Gasca, consejera técnica saliente.

También ahí hablamos de colegialidad, dijo, que es una forma de representar a todo el equipo de trabajo, en caso de Educación Física; “dar a conocer a sus compañeros todas las oportunidades que tienen de promover nuestro trabajo, los proyectos que tenemos; dar a conocer cuál es el camino a seguir ante alguna situación que se presente, fortalecer los planes de estudio de todas las áreas”.

Sobre la experiencia adquirida en los seis años que implicó el trabajo en el CT, la maestra de Oriente destacó el trabajo con compañeros de diferentes áreas, escucharlos y aprender de ellos; “es algo que no cambiaría por nada, realmente estoy muy agradecida, me siento muy afortunada por haber participado”. 

Miramos a un mismo objetivo

El profesor Aureliano Marcos Germán expresó su satisfacción con la labor del Consejo Técnico, que durante la pandemia siguió atendiendo lo que es importante para el Colegio, pero la vida ya no es la misma de antes, aquí y en ninguna parte, lo que hace necesario trabajar por la superación y mejora de la educación en el CCH, en la UNAM y en todo el país.

Por ello, el consejero saliente llamó a los nuevos consejeros a que mantengan una postura de unidad, de reflexión, de mucho ánimo, interés, participación, de superación y de búsqueda de mejoras para el Colegio, pues consideró que queda mucho por hacer.

El docente de Naucalpan recordó que la labor del Consejo Técnico fue fundamental e importante para el bienestar de la comunidad, su avance y progreso, pero no hubiera sido posible sin la colegialidad, “un término en el cual todos estamos unidos e involucrados de tal suerte que miramos a un mismo objetivo, por lo tanto esto es fundamental en el Colegio”. 

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