patriarcado

Cuestionar, primer paso para mejorar

Todos podemos tener actitudes nocivas hasta las mujeres

Cuestionar, primer paso para mejorar
Todos podemos tener actitudes nocivas hasta las mujeres

Empezar a cuestionarnos sobre lo que ocurre en lo cotidiano de las relaciones entre hombres y mujeres bajo la visión del patriarcado es parte fundamental para vivirlo de manera diferente y generar cambios, aseguró Ileana Yussete Picazo García, instructora del taller: ¿Soy parte del patriarcado?, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, quien invitó a alumnos de Naucalpan a dar el primer paso.

Explicó que el objetivo de su trabajo es “sembrar esa semillita para cuestionarnos dichas actitudes” y para entender que la postura del patriarcado no tiene que ver con si se es hombre o mujer, porque todos estamos inmersos en el mismo sistema de valores.

En ello coincidió Brenda Martínez Reyes, de la misma facultad, para quien hombres y mujeres podemos tener actitudes machistas y comportamientos que nos afectan a todos por igual, aunque de diferentes maneras, por razón de género.

Ahora las mujeres salen a trabajar y los hombres atienden la casa y los hijos “y esto es súper mal visto entre algunos hombres, debido, entre otros aspectos, a la jerarquización del género masculino, que está dada en buena medida por los bienes que posee, lo cual se traduce en poder”, abundó Picazo García en el marco de esta Tercera Jornada por la igualdad de género en el CCH.

Los hombres que se quedan a realizar labores del hogar ven dañado su estatus ante sus pares, además de que pierden en la selección de roles, porque se ven limitados a cumplir con lo establecido en el papel de proveedores, figura de autoridad y fortaleza, coincidieron las especialistas en materia de género.

Este problema también ha provocado que las mujeres podamos juzgar a otras sobre cómo actúan, se arreglan o por las decisiones que toman, incluso para descalificarlas.

“Cuántas de nosotras, en determinado momento, nos hemos burlado por cómo están vestidas, su complexión física o estereotipos, así como por las relaciones sentimentales que tienen; es decir, nosotras mismas nos expresamos de las otras con categorizaciones que parecen de hombres hacia las mujeres y nos agredimos”, cuestionó Picazo.

Por su parte, María Nicole, una de las estudiantes que tomó el taller de manera virtual, llamó a escuchar a las personas que tienen ideas machistas para ver la manera de cambiarlas, “y a los que tenemos cerca, buscar la forma de transmitirles actitudes diferentes sobre el tema”.

El alumno Noel Jiménez exhortó a evitar los estereotipos de género porque limitan la toma de decisión de las personas en diversos aspectos de su comportamiento y desarrollo, por ejemplo, al momento de elegir el tipo de ropa para vestir.

Los jóvenes también propusieron ser empáticos con el otro género, para tratar de saber lo que sienten y saturar a las personas de información para crear conciencia; fomentar cambios en los integrantes masculinos de la familia, porque si bien el machismo viene de generaciones, si se comienza por la educación, se logrará un cambio a lo largo del tiempo.

En su oportunidad, el profesor Guillermo Solís agradeció el trabajo de las especialistas y del profesor Alejandro Cerón, de la FES Iztacala, del Programa de Intervención Psicosocial Comunitaria en Espacios Educativos, por ofrecer estas reflexiones sobre cómo vivir el patriarcado y exhortar a los alumnos a repensar sus actitudes para mejorar las relaciones de género y el respeto por el otro, a fin de crear entornos más inclusivos.

Para concluir, el profesor Alejandro Cerón Martínez insistió en que la idea de un taller de este tipo es “sembrar la semilla” de la curiosidad, para repensar de manera distinta las situaciones surgidas del patriarcado, que vivimos de manera cotidiana, y expresó su confianza en que los asistentes se llevarían para sí todo lo que ahí fue expuesto. 

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