Confesiones bajo la lluvia roja, de Ruth Vigueras

Confesiones bajo la lluvia roja, de Ruth Vigueras

Comparte su proceso creativo y catártico

Confesiones bajo la lluvia roja, de Ruth Vigueras
Comparte su proceso creativo y catártico

Con 10 años dedicada al performance, la artista visual Ruth Vigueras Bravo compartió con los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades su pasión por el “arte del cuerpo” y el proceso creativo de su proyecto Confesiones bajo la lluvia roja, con flores y sangre, en el cual colaboró con un grupo de mujeres enfermas a las que invitó a hacer catarsis y a reconciliarse con su feminidad.

La plática ocurrió en el marco de las Jornadas de sensibilización e Igualdad de Género que organizó el Colegio por tercer año consecutivo, donde la egresada del plantel Azcapotzalco habló del performance como un arte vivo que le posibilita dialogar con el objeto, el espacio y el tiempo. “Lo hago mucho en el espacio público, donde una recopilación etnográfica da pie a una pieza, que siempre es catártica”, dijo.

Vigueras, quien ha participado en diversos festivales de performance y arte en Asia, Europa, Norteamérica, África y el Caribe, apuntó que Confesiones bajo la lluvia roja es una producción artística que trabajó como parte de su proceso de maestría, hecha en un momento en que se encontraba muy enferma, con problemas hormonales.

Parte de la investigación, expuso, ocurrió al colaborar con comunidades en situaciones de violencia y con grupos vulnerables, y se dio en momentos “en los que uno no tiene mucha cabeza, pero el arte es un catalizador importante para las emociones, el artista en general siempre traslada sus emociones a sus creaciones”, recordó.

“En esta ocasión -abundó- me permití trabajar con mi enfermedad y entender ese proceso que vino desde la adolescencia y compartirlo con otras mujeres que también pasaban por lo mismo en otras situaciones, y reconciliarme con mi feminidad, porque muchas veces las mujeres estamos peleadas con los ciclos menstruales”.

La becaria recordó que años atrás la menstruación era un tema tabú, “era como una molestia, lo cual el arte y este periodo de enfermedad me permitió comprender que es un proceso natural, que ciertos padecimientos hormonales devienen en cuestiones psicosomáticas, emociones que uno se guarda y con el tiempo surgen enfermedades, esto lo descubrí poco a poco y el arte me ayudó a sobrellevar muchas situaciones y a entenderlo”.

Vigueras trabajó con mujeres en estado terminal y procesos de quimioterapias, la primera fase fue reunirlas en un taller terapéutico de nueve horas, dividido en tres sesiones en las que compartía su experiencia y las invitaba a que hicieran lo mismo.

Tomó como cosmovisión el cuerpo flor de los yaquis, una etnia del norte del país que concibe al cuerpo flor como una imagen arquetípica del alma, puesto que tiene que ver con la feminidad, con el honor, con la muerte y hace alusión a la fragilidad del cuerpo y la vulnerabilidad que tiene al igual que una flor.

La artista, quien ha realizado residencias artísticas en países como Argentina, Brasil, Colombia y México, señaló que les pidió una flor y su relato, lo cual sirvió como forma catártica para ellas, “al igual que a mí me ha servido hacer catarsis a través del arte. No puse sus retratos por respeto, porque no creo en proyectos de arte que sólo sean para beneficio del artista”, dijo. 

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