grecolatinos

"El cosmos del hombre. Manilio y las cuestiones astrológicas" está editado por el Colegio

Augusto tuvo presente a las ciencias del cielo

"El cosmos del hombre. Manilio y las cuestiones astrológicas" está editado por el Colegio
Augusto tuvo presente a las ciencias del cielo

Actualmente, la astrología y la astronomía caminan por veredas distintas, pero eso no sucedió en la antigüedad, ya que ambas eran la referencia para un mismo fin: el conocimiento del Universo, y aunado a éste, la curiosidad del ser humano por predecir el futuro y los caracteres de las personas.

A través del libro El cosmos del hombre. Manilio y las cuestiones astrológicas, la maestra Lorena Guadalupe Rivera Anaya, del plantel Azcapotzalco, ofrece un recorrido por la obra del poeta romano y explica cómo para la época y sus personajes el conocer los astros y su influencia en las personas se convirtió en una práctica que emocionó, incluso, a emperadores, al grado de determinar sus actuaciones.

El texto, que forma parte de la Colección Bilingüe de Textos Grecolatinos editado por el Colegio de Ciencias y Humanidades, se centra en el Libro IV: el Proemio y la descripción de los caracteres, las habilidades y las artes de los doce signos del zodiaco, los decanatos, la geografía astrológica, el dios y el hado, perteneciente a Astronómica (Las cuestiones astrológicas), escrito por Marco Manilio en los primeros años del siglo I d C, quizá el año 14.

La astrología, explica la académica, “proveniente de los reinos helenísticos (s. III o IV), llegó a Roma a principios del siglo II a C, con los primeros contactos militares. Esta ciencia del cielo se difundió entre los habitantes de Roma por los esclavos y maestros griegos que ahí se establecieron. En un principio no captó la atención de los intelectuales, pues parecía que solamente se trataba de una más de las novedades griegas que comenzaban a darse a conocer”.

No obstante, detalla, con el emperador Augusto, “Roma se convirtió en la capital, tanto de Oriente como de Occidente, y adquirió un aspecto cosmopolita. Desde entonces se difundió una gran cantidad de ritos y creencias orientales”.

 

Estructura

Astronómica se encuentra dividido en cinco libros que oscilan entre 600 y 900 versos. El libro primero se centra en una explicación astronómica básica que posteriormente abordará la cuestión astrológica.

En el libro segundo se refiere a los poetas griegos, sus cantos, la astrología, pero también “inicia con la clasificación de los doce signos del zodiaco en masculinos, femeninos, simples, dobles, diurnos, nocturnos, fértiles y estériles”.

“Se centra en la regencia de los planetas sobre los signos y señala una parte de la astrología médica; pero el punto más importante de este libro se refiere a las dodecatemorias, es decir, la división en doce partes de cada signo zodiacal, pues éstas ejercen con los planetas fuertes influencias en los individuos”.

En el tercero relata sobre la fortuna y la milicia, los actos civiles y el matrimonio, la riqueza y su conservación, la nobleza y los hijos, la vida y la salud; indica cuál es su ubicación en el zodiaco y explica el cálculo del horóscopo.

El siguiente se ocupa de la duración de la vida de acuerdo con los signos. Por último, en el quinto “se exponen las salidas e influencias de las constelaciones y su coincidencia con los signos del zodiaco, y presenta las magnitudes de las estrellas”. 

Más adelante, se indica en el texto, la filosofía se añade a la reflexión astrológica, lo que provoca mayor interés entre pensadores y políticos romanos.

“Augusto fue el primer emperador que manifestó su postura, al difundir públicamente su horóscopo y acuñar monedas con su signo zodiacal, el de Capricornio. Augusto, sin hacerlo oficial, inició algo que tendría vigencia por mucho tiempo, pues casi todos los emperadores después de él contaron con astrólogos experimentados y bien preparados”.

De esta manera, se comenta cómo la astrología adquirió mayor fuerza en la sociedad romana. “Durante esta época, la exaltación del individualismo consciente, el miedo al destino y el constante deseo de alcanzar una vida feliz, llevaron al romano común a iniciarse en esta práctica”.

El cosmos del hombre. Manilio y las cuestiones astrológicas es un texto que está disponible en la página del CCH. También se puede descargar de manera gratuita dando click aquí.

 

Compartir: