Empleando los estilos lírico y narrativo, en 1928, Federico García Lorca, considerado uno de los escritores más influyentes en la literatura española del siglo XX, publicó Romancero gitano, obra poética que ahora forma parte de la colección Textos en Rotación del CCH, y está a disposición del alumnado del bachillerato para contribuir en el desarrollo de las habilidades transversales de lectura y escritura para una formación integral y de calidad.
Esta obra del poeta, dramaturgo y prosista español está integrada por 18 romances, es decir, poemas de la tradición oral española, en los cuales se encuentran representados los símbolos más distintivos de la cultura gitana como son la noche, la luna, cielo, la muerte y la pena, ésta última como hilo conductor del poemario. Sobre esta edición, puede descargarse en el portal digital de Gaceta CCH (gacetacch.unam.mx) en formato PDF.
A decir de los especialistas en la literatura del poeta granadino, quien fue fusilado cuando tenía 38 años durante la represión sublevada en la Guerra civil española, la obra refleja las penas de un pueblo marginado por la sociedad y perseguido por las autoridades de esa época.
Los escritos se encuentran ambientados en Andalucía, en los barrios gitanos, donde el escritor utilizó recursos como la lírica, prosa, metáfora, comparación y personajes.
Entre los principales símbolos de la obra y sus significados se encuentran los metales (cuchillos, yunques, anillos), que simbolizan la vida de los gitanos y la muerte; aire o viento, que representan el erotismo masculino; agua en movimiento, para representar la vida; en reposo, que hace alusión a la pasión y estancada para simbolizar la muerte.
Otro elemento poderoso es la luna, cuya tonalidad roja representa la muerte dolorosa; la luna negra o redonda es la muerte; una luna grande habla de la esperanza, mientras que en puntas revela una connotación erótica.
Por último, está el alcohol con la negatividad y la mujer, representando el erotismo.
A continuación algunos poemas de este poemario para los cecehacheros:
Preciosa y el aire
A Dámaso Alonso
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene,
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.
***
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento, que nunca duerme.
San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira a la niña tocando
una dulce gaita ausente.
Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.
Preciosa tira el panadero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.
Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de nieve.
¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por donde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.
***
Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.
Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.
El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.
Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.
Romance de la pena negra
A José Navarro Pardo
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad: ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache, carne y ropa.
¡Ay mis camisas de hilo!
¡Ay mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
*
Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!
¿Quién fue Federico García Lorca?
- Fue un poeta, dramaturgo y prosista de España, perteneciente a la Generación del 27.
- Se le considera uno de los máximos exponentes de la literatura española del siglo XX.
- Otros de sus poemarios son: Poeta en Nueva York, Libro de poemas y Poema del cantante jondo.