El gusto por compartir la experiencia de la lectura, el conocer los procesos creativos y escuchar cómo la literatura te transforma, fueron algunos de los temas que se abordaron en la charla entre escritores y estudiantes durante el Tercer Festival Cultural de Otoño del CCH.
En el encuentro, las y los jóvenes pudieron conversar con los autores en un ambiente ameno y de intercambio, pues si bien los ganadores de diversos reconocimientos por su trayectoria literaria expresaron sus desafíos y retos al momento de escribir, los estudiantes comentaron su gran interés por acercarse y formarse en el mundo de las letras.
De esta manera, las y los alumnos no dudaron en expresar sus inquietudes, en manifestar el gusto por algunos autores y pedir consejos para vencer el miedo a la hoja en blanco.
La escritora Rosina Conde (Premio Nacional de Literatura Carlos Monsiváis) inició esta serie de encuentros en el plantel Azcapotzalco, seguida por Jesús Bartolo (Premio Nacional de Poesía Germán List Arzubide 2018) en el plantel Naucalpan; y Alejandro Demian Marín Bello (Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila 2024) en el plantel Vallejo.
A la lista se suman Vanessa Hernández (Premio Dolores Castro de Poesía) en el plantel Oriente; y Alejandro Espinosa Fuentes en el plantel Sur.
Rosina Conde en el plantel Azcapotzalco
Con la fuerza de la poesía
La escritora compartió sus reflexiones sobre los temas de la vida, la muerte y el arte
Con palabras fuertes que no se intimidan, Rosina Conde, artista multidisciplinaria con más de cuatro décadas de trayectoria literaria, se dirigió a los jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Azcapotzalco, no sólo para reflexionar de la vida y la muerte, sino para hablar del compromiso de su familia elegida, como Francesca Gargallo, Daniel Sada, Federico
Campbell o a las muertas de Juárez.
Autora de más de 25 libros de los género de cuento, dramaturgia, ensayo, novela y poesía, la académica presentó su libro Que es un soplo la vida, precisamente donde reúne poemas dedicados in memoriam.
“Personas muy cercanas a mí, que ya se me adelantaron (…) También a amigos queridos que formaban parte de mi familia elegida, más allá de la familia sanguínea”, expresó la dramaturga y narradora.
Pero también, poemas dedicados al “compromiso de personas como Francesca Gargallo, Daniel Sada, Federico Campbell o a las muertas de Juárez, que no las conocí, pero que me afectan a mi humanidad, no nada más como personas, sino como mujer”.
La recién galardonada con el Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo, por su trayectoria de más de 45 años, se congratuló de que parte de su obra se dé a conocer a los cecehacheros durante el Tercer Festival Cultural de Otoño.
“Me gusta mucho esta etapa de la vida porque es una etapa de descubrimiento, de reflexión, de que te involucras políticamente con las actividades sociales. Es una etapa muy fresca, jovial, donde piensas que el mundo te pertenece y que hay que arremeter y encontrarte con él. Descubrir nuevos conocimientos, si es en el campo del arte quieres explorar todo. Agradezco la invitación y la oportunidad de dirigirme a los estudiantes del CCH; la Universidad es mi alma mater”, finalizó la autora.
Al respecto, Omar Nieto, editor del CCH, comentó que la poeta es una de las principales voces artísticas de México, quien siempre está incursionando en diferentes escenarios artísticos, además de ser cantante de blues, la fuerza de su narrativa también se puede escuchar a través del formato de audiolibro
“Recientemente lo ha hecho con el audiolibro Apostar la vida, donde resalta la fuerza del lenguaje que hay en la frontera con Estados Unidos, aquella que la poeta ha referido con contundencia”, resaltó el editor del Colegio de Ciencias y Humanidades.
Omar Delgado en Naucalpan
Entrelaza fantasía e historia
El autor presentó Los mil ojos de la selva, en el que aborda hechos reales
“Esta es una historia que se desarrolla en un contexto complicado de la historia de Yucatán y México, en la cual se entrelazan la mitología, fantasía e historia”, refirió el escritor Omar Delgado, al presentar el libro Los mil ojos de la selva.
Se trata, abundó en su plática con los estudiantes del plantel Naucalpan, en el Tercer Festival Cultural de Otoño del CCH, “de una novela histórica que aborda dos hechos fundamentales: la Guerra de Castas en Yucatán y, por otra parte, un hecho ocurrido en la capital de México, conocido popularmente como El baile de los 41”.
“En el segundo hecho ocurrió que hombres pobres que participaron en dicho festejo fueron encarcelados y posteriormente mandados a luchar y ser parte del Ejército que combatió en la Guerra de Castas”, comentó.
“Sólo que ellos fueron abusados por la tropa, física y moralmente, y con valor enfrentaron las circunstancias en un momento donde la homosexualidad era castigada de manera severa en el país”.
“Este es un libro que aún no se encuentra en circulación”, explicó a las y los estudiantes que lo escucharon en la sala de conferencias del plantel Naucalpan, el pasado 24 de septiembre.
En otro momento de su charla con los cecehacheros, destacó que “México está lleno de historias fantásticas que por sí solas son dignas de contarse cada una de ellas para no olvidarse”.
Ya al momento de escribir, “me gusta mezclar literatura con fantasía, ciencia ficción o mitología”, porque soy una persona que me la paso pensando todo el tiempo situaciones que pueden ser posibles en esos escenarios.
Para concluir, el narrador, editor y ensayista mexicano confesó que le gusta escribir porque puede meterse en la piel de sus personajes y por medio de ellos experimentar situaciones y momentos que en la vida real no serían posibles.
Demian Marín Bello
Intensidad y tensión, presentes
El escritor presenta Historias Corporales ante cecehacheros
Es un honor presentar el libro Historias corporales, aún inédito, en el Tercer Festival Cultural de Otoño del CCH, “donde los cecehacheros tienen un importante encuentro con las artes y logran con él una formación más humanista y universal, elementos centrales de la educación en la UNAM”, manifestó el escritor Alejandro Demian Marín Bello.
“El libro tiene dos elementos: tensión e intensidad, ingredientes esenciales para que un cuento funcione como tal”, explicó el ganador del Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila 2024, quien fue invitado a compartir parte de su obra con los estudiantes del plantel Vallejo.
En el ámbito de la narrativa, agregó el autor, la novela es la más extendida en la república de lectores, “pero el cuento se asoma con su mueca misteriosa que te invita a reflexionar sobre lo que realmente está diciendo”.
Una indiscutible maestra de este género fue la recientemente fallecida Amparo Dávila quien, en sus cuentos, La tensión y la intensidad, maneja dichos elementos de manera magistral. Por lo mismo, es natural que uno de los premios más importantes de cuento a nivel nacional lleve su nombre, expuso.
“Mi libro de cuentos Historias corporales, que tuvo la suerte de ganar ese premio, busca refrendar ese uso minucioso de los dos ingredientes del cuento que cultivó Amparo Dávila, así como muchos otros grandes del cuento de todas las épocas y latitudes”, agregó.
A través de seis relatos, “mi apuesta se vuelve más bien una gesta en la que me propongo construir a partir de cimientos resbaladizos, es decir, premisas que dificultan el avance narrativo, pero que, a la vez, si logran ejecutarse correctamente, le dan mucha solidez”.
“Estas premisas con las que construí los cuentos que conforman este libro, y que pueden distinguirse fácilmente en cada uno de ellos, fueron: alguno de los personajes principales, más que persona, tiene que ser una parte del cuerpo”, dijo.
“La función narrativa del personaje-parte del cuerpo se tiene que relacionar con la idea de que en alguna sociedad específica (africana, árabe, australiana, brasileña, inglesa o rusa) se tenga de esa parte corporal”, comentó.
“El estilo literario tiene que retomarse de la tradición narrativa de cada una de las sociedades que enmarcan a cada cuento y lo mismo las referencias culturales”, agregó el autor.
“Pero, sobre todo, busqué no olvidar los elementos centrales del cuento: la tensión narrativa y la intensidad”.
Por lo anterior, el lector podrá ver que los títulos de los cuentos no se andan con rodeo: Historia de un antebrazo trata sobre un antebrazo, e Historia de una oreja sigue las aventuras de, ni más ni menos, una oreja.
Vanessa Hernández presentó Sureña
Violencia: ficción y realidad
Tras su experiencia, la autora reveló que el individuo no es ajeno al momento que vive
La escritora Vanessa Hernández, ganadora del Premio Dolores Castro 2023, presentó su libro
Sureña ante estudiantes del plantel Oriente.
La también autora de Las Alumbradas explicó cómo un escritor desarrolla temas que, de alguna manera, se comunican entre sí.
“Las Alumbradas habla de un realismo mágico, la unión del México todavía prehispánico y el de antes de la Revolución, del cristianismo y otras posibilidades espirituales. Sureña se desarrolla en Acapulco, de donde soy, y aborda la violencia ejercida por el narcotráfico que terminó aislando este punto de la geografía y cómo se ha establecido en el país”.
Durante el Tercer Festival Cultural de Otoño del CCH, expresó: “Las Alumbradas no es una novela violenta en sí; aborda lenguajes más sutiles y romantizados, no hay una violencia tan degradante como en Sureña”.
Sin embargo, expresó que “al mismo tiempo hay una violencia en el sentido de que si perteneces a un estrato social y pierdes tus posesiones, eres parte de los que quieren invisibilizar, que fue lo que hizo el porfiriato: invisibilizar a los indígenas porque no iban con su idea de modernidad”.
“Yo quería escribir lo que había vivido un poco como reportera. Aunque estaba en cultura, siempre estuve involucrada con compañeros que, por ejemplo, cubrían la nota roja y también lo viví como un individuo común y corriente cuando te toca estar en medio de una balacera. Todo esto te genera una distorsión de la realidad que conocías”, recordó.
En ese sentido, la escritora señaló que “no eres ajeno al momento que vives; te vas interesando en varios temas y lo padre es ver qué te dejó como enseñanza. El realismo mágico no era un género que me llamara la atención para escribir (…) pero me abrí a más posibilidades”.
“Lo disfruté y encontré muchas afinidades. También me gustó escribir sobre la violencia (…) porque al final de cuentas el libro es un testimonio, los temas están apegados a la realidad y son contemporáneos”.
Por último, la autora recordó que, en su momento, muchos libros empezaron a abordar el tema de la violencia: “ahora que Sureña vuelve me recuerda todo el proceso de escritura y no fue sencillo. Toda la novela es ficción, pero la sensación de incertidumbre no se inventa; es una realidad emocional”, finalizó.
Alejandro Espinosa
“Volver al CCH, una alegría muy fuerte”
El escritor presentó Mundo anclado, el cual ocurre en El Pedregal, en la zona sur
El plantel Sur le evoca su adolescencia, cuando asistía por amistades, por la cercanía a la Universidad y también por su familia. Hoy, el vínculo es a través de la literatura. Mundo anclado, su tercera novela, es el vaso comunicante que lo acerca de nueva cuenta al Colegio de Ciencias y Humanidades.
Es Alejandro Espinosa Fuentes, narrador, poeta, editor, traductor y ensayista, quien fue invitado a compartir parte de su obra a los estudiantes en el marco del Tercer Festival Cultural de Otoño del CCH.
“Para mí es una alegría muy fuerte volver a esta escuela. Esta experiencia con los chicos me ha despertado mucho interés; creo que es un gran cumplido y es gratificante que te lea una generación nueva y que sienta vínculos con tu obra”.
Autor de Los designios del imaginero y Agenbite of inwit, así como merecedor del Premio Nacional de Novela José Revueltas por Nuestro Mismo Idioma (2015), Espinosa Fuentes presentó a los cecehacheros una novela que ocurre en los alrededores del Pedregal, en el sur de la ciudad.
Mundo anclado es la idea de un mundo aparte, una pequeña cápsula de una nueva sociedad con sus formas de interactuar, en un terreno profundo, magnífico, “ya que estás en los cimientos volcánicos del Xitle, de un volcán a la sombra del Ajusco, haciendo guaridas y pequeños cuarteles para interactuar”.
Trata sobre la camaradería y las múltiples escuelas que se instauran y se organizan dentro de una escuela, que no es precisamente la escuela maestro-alumno, sino que también es parte de la formación social entre grupos, entre amigos, entre pequeñas células en un mismo espacio.
“Es una novela que intenta ver otras posibilidades también de conocimiento que no siempre están reflejadas en un examen o en un promedio o un tipo de actitud frente a la vida, sino más bien en un juego de sensibilidad o imaginación frente a la vida”, añadió.
Al referirse al binomio de la lectura y la escritura, Espinosa señaló que toda escritura tiene que venir acompañada del proceso de lectura.
“El acto de leer no es para hacerte bueno, ni mejor, ni más inteligente sino para entrar en una vida poética que profundizará tus conceptos”.
Para concluir, el escritor y académico universitario invitó a las y los estudiantes del Colegio a que jueguen con su imaginación y estén abiertos a diferentes voces.