“Un reconocimiento como la Presea Ingeniero Bernardo Quintana Arrioja es una satisfacción que nos permite a los jóvenes del bachillerato de la UNAM hacer visible nuestro trabajo y esfuerzo, pero, además, impulsar a más jóvenes a trabajar en distintos ámbitos para construir una mejor sociedad”, consideró María Isabel Beltrán, estudiante del plantel Sur, ganadora de la medalla en la categoría de Liderazgo.
Este rubro, señaló la estudiante, es importante porque, en general, “los jóvenes no estamos acostumbrados a que se nos tome en cuenta, porque los adultos nos dicen que no tenemos la experiencia suficiente o simplemente nos cierran las puertas cuando conocen nuestras propuestas”.
Por eso, este reconocimiento “nos invita a ver que el trabajo vale la pena por las nuevas ideas que podemos aportar para formar un país diferente; así como para demostrar que las metas y los sueños se pueden cumplir con esfuerzo y dedicación constante”, puntualizó la joven de 19 años.
Por ejemplo, en su caso, inició su historia de éxito tras ingresar al plantel Sur del CCH, donde formó parte del grupo de Promotores Culturales, en el que cultivó su gusto y conocimiento por las acciones culturales que se realizan en la escuela, el Colegio y la Universidad.
Luego, en el Programa Jóvenes hacia la Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales realizó un proyecto de trabajo relacionado con las redes sociales en los adolescentes, en cuyo marco investigó cómo éstas afectaban el aprendizaje y aprovechamiento de los estudiantes.
Gracias a esta investigación pudo ser parte del Programa de Estancias Cortas, en la parte dedicada a los estudios museológicos Universum, Museo de las Ciencia de la UNAM, donde realizó una investigación sobre la sala Imaginario matemático, para determinar por qué si los jóvenes consideran a las matemáticas difíciles, disfrutan tanto de este espacio.
En el plantel Sur también colaboró en el proyecto Aldea Digital, que es una página electrónica, donde se desarrolló como reportera. “Gracias a ésta pude visitar el Senado de la República, para cubrir la toma de protesta de la Red Mundial de Jóvenes Políticos”, explicó.
Y fue a partir de ese momento que comenzó a introducirse en el ámbito político juvenil, que permite a chicos y chicas como ella involucrarse en acciones para mejorar el país.
Actualmente, forma parte del Movimiento Juvenil de Participación Política, que alienta a su generación para la toma de decisiones en esta área; “gracias a ello he podido estar en diversos talleres Legislativos que me han permitido presentar dos iniciativas de ley en el Senado de la República”.
La primera fue un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) al mejoramiento de la infraestructura de escuelas en zonas rurales, para poder ofrecer una mejor educación a las y los niños de este país; mientras que la segunda pugnó por reformar la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para preservar sus derechos humanos, en su condición de hijos que viven con sus madres en los centros penitenciarios.
“Lo que sigue es continuar trabajando por conquistar mayores espacios de movilidad social y política, para contribuir con sus ideas y propuestas a la construcción de un México en el que todos podamos vivir en respeto y armonía”, expresó la joven, con la seguridad de quien sabe que si se esfuerza no habrá nada que se interponga en sus metas.
