El comienzo de cada semestre escolar tiene muchos retos por vencer, como estudiante, la determinación y entrega hacia el trabajo académico permitirá un egreso de excelencia y calidad para cursar las licenciaturas que ofrece la Universidad.
En este contexto, siempre es importante tener presente y poner en práctica los principios y valores universitarios que conforman a esta gran comunidad y que desde el bachillerato distingue al buen cecehachero.
Comencemos por recordar que la UNAM cuenta con un Código de Ética que establece principios y valores que guían la conducta de todos los miembros de la máxima casa de estudios. Puedes consultarlo en la siguiente liga: https://coordinaciongenero.unam.mx/2015/07/codigo-de-etica-de-la-universidad-nacional-autonoma-de-mexico/
Lo anterior, debido a que las y los estudiantes; profesoras y profesores; así como el personal administrativo y de confianza que conforman a la Universidad constituyen una muestra de la pluralidad social, étnica y cultural.
Los valores son los principios que rigen u orientan la acción; expresan aquellas formas de conducta que consideramos que valen por sí mismas porque benefician a la comunidad.
BUEN CECEHACHERO
En tanto, lo que hace a un buen cecehachero es recordar sus derechos y obligaciones, ya que durante su permanencia en el Colegio deberá cumplir con el 80 por ciento de asistencia mínima, aunque lo recomendable es que no falte a ninguna de sus clases, con la intención de no afectar su aprovechamiento y situación académica.
Te recordamos que debes de respetar la protesta universitaria que acepta al momento de inscribirse, es decir, honrar a la institución, cumplir los compromisos académicos y administrativos y acatar los reglamentos que señala el CCH.
Los estudiantes deben abstenerse de realizar actos que debiliten los principios básicos de la Universidad, como hostigar ideológicamente o personalmente a cualquier persona o grupo universitario y utilizar indebidamente el patrimonio universitario.
Puede ser motivo de sanción: acudir en estado de ebriedad o bajo los efectos de alguna sustancia tóxica, así como ofrecerla a otra persona en los recintos universitarios; por ningún motivo se deben portar armas, ni realizar actos contrarios a la moral y al respeto de los universitarios.
DERECHOS
Los alumnos del alumno del CCH tienen derecho a expresar libremente sus opiniones sobre cualquier asunto que concierne a la institución, sin perturbar sus labores y ajustándose al respeto a la Universidad y a sus miembros.
También tienen derecho a organizar libremente las sociedades que desee, establecer relaciones de cooperación con las autoridades con fines culturales, deportivos, sociales y de asistencia mutua en los términos que fije el reglamento.
Podrá inscribirse hasta dos veces a la misma asignatura o acreditarla mediante exámenes extraordinarios.
La estancia máxima del bachillerato del CCH es de cuatro años, sin embargo, lo ideal es concluir los estudios en tres años para tener altas probabilidades de ser aceptado en la licenciatura de su preferencia a través del Pase Reglamentado.
Al cumplir con los créditos totales, el alumno obtendrá el grado del bachillerato; de lo contrario, sólo puede tener un certificado de estudios aprobados.
Para quienes destaquen por su aprovechamiento y conducta, la Universidad les otorgará estímulos y reconocimientos por su desempeño, además de tener la posibilidad de representar a sus compañeros en el Consejo Universitario y en el Consejo Técnico del CCH, lo cual es un orgullo, porque lleva la voz del alumnado en las instancias que rigen la vida de la Universidad.
Convivencia pacífica y respeto a la diversidad cultural, étnica y personal son parte de los principios de ética de la UNAM.
Entre los valores universitarios se encuentran:
LEGALIDAD. Consiste en actuar de acuerdo con las normas y leyes que nos rigen.
PERSEVERANCIA. Consiste en seguir valientemente el camino elegido, es decir, a tarea que tenemos por delante.
COMPROMISO. Consiste en ser fieles a las decisiones que son producto de nuestra libertad, sin apartarse arbitrariamente de los objetivos que nos hemos planteado.
RESPONSABILIDAD. Apela a la capacidad de las personas de responder por las consecuencias de sus actos. Implica el desarrollo de cualidades como la madurez, la sensatez, la honradez y el valor, para reflexionar hacia dónde nos llevan nuestros actos, y cómo y a quién afectan.
IGUALDAD. Si bien las personas somos diferentes, debemos ser valoradas en nuestras particularidades.