Pintar los conceptos

Pintar los conceptos

Despertaría el sentimiento para forjar una vida más auténtica

Pintar los conceptos
Despertaría el sentimiento para forjar una vida más auténtica

La concepción de docencia debería estar inscrita en proporcionar dinámicas o estrategias que despierten la sensibilidad de los estudiantes, lo mismo que la imaginación, que ellos realicen sus actividades con pasión y alegría, así que eso permitiría que existieran muchos elementos positivos y aciertos a la hora de enseñar.

Una de las actividades que los estudiantes realizan con mucha alegría y que permite que su cerebro se relaje, que piense bien y obtenga una síntesis de los contenidos, consiste en la elaboración de pinturas de los conceptos estudiados. Pues, al pintar, el alumno tiene que procesar su conocimiento, lo tiene que abstraer, entonces, obtiene un aprendizaje. Busca un símbolo, lo pinta y da una breve explicación.

Por ejemplo, en mi caso, considero que la filosofía en el bachillerato no es una disciplina que contiene rigor, ya que no es una ciencia exacta; busco temas que no sean abstractos, sino que se relacionan con la filosofía práctica, es decir, se trata de que los contenidos ayuden al alumno a pensar en su existencia y cómo vivirla de la mejor forma posible. Por lo tanto, al pintar, están volviendo a reflexionar en el tema, lo realizan con gusto y así no lo olvidan y se vuelve algo significativo en su existencia.

Al elaborar una pintura, los alumnos imaginan un concepto que los identifica con la temática. Tienen que imaginar diferentes posibilidades para explicar una teoría o concepto, abren su mente y son capaces de cultivar la tolerancia y la empatía.

El uso de la imaginación, que se desarrolla por ejemplo al realizar cuentos de los contenidos o pinturas o poemas, les puede aclarar conceptos; en mi caso, en filosofía, con los temas del buen vivir o cómo vivir de forma artística o cómo cuidarse, son temas que se estudian y después de leer sobre los contenidos, se detienen a imaginar un símbolo.

La filosofía en este nivel es una filosofía práctica, por lo cual los temas que están en el programa son instrumentos de reflexión que ayudan al joven a poseer unos conceptos adecuados para pensar la mejor forma de vivir, que puede consistir en que, para llevar a cabo el arte de vivir, es necesario amarse, y amarse tiene que ver con cuidar la salud. Esto permite que el alumno forje un buen aprendizaje, es bueno porque le permite conocerse, cuidarse, cuidar su salud, su hogar o a su familia, este cuidado significaría el propósito más alto de la institución.

Además, ayuda a que el estudiante desprenda su pensamiento del alma, pues si imagina, el alma interviene en su configuración, así lo propone Martha Nussbaum (Sin fines de lucro, 2021). Pues cuando se piensa con razón, uniendo la sensibilidad anímica, se amplía la imaginación, que es un modo humanístico de existir. Por ejemplo, Francisco Mora T. dice que las humanidades nacieron hace miles de años a la luz del fuego, creo que porque los seres humanos se reunían a pensar formas de existir profundas y el fuego animaba esas ideas.

Martha Nussbaum supone que estamos frente a una crisis muy aguda en materia de educación, de ahí que el propósito de la docencia tendría que ver, en la medida de lo posible, con plantearse cómo llevar a cabo una educación más humanista, pues los contenidos que se emplean, y las estrategias, procurarían despertar el sentimiento que ayuda para forjar una vida más auténtica, más sincera, construida con valores morales.

En ese sentido, las estrategias de las materias humanistas tendrían que hacer ver al alumno la importancia de construir valores espirituales, que de alguna manera conducen a la mente del joven a no darle una excesiva importancia a lo económico, que es la preocupación de Nussbaum, porque ha dado lugar a la crisis de la educación; en cambio, se trata de ser consciente de lo que es importante en la vida del ser humano, que consiste en preguntarse: ¿qué es la vida valiosa?, ¿cómo se construye una buena vida? Y para Nussbaum, ésta es una característica de un buen ciudadano, que significa que sabe pensar por sí mismo, y entonces, lo llevará a tener una actitud, por ejemplo, de tratar de disminuir el sufrimiento humano, en lugar de tener su mirada solamente en beneficios económicos.

Si la institución se preocupa porque los niveles de educación obtengan calidad, lo que se tiene que aprender son contenidos de humanidades, que en muchas ocasiones se pierden por dar prioridad a lo técnico y las ciencias exactas, olvidando el alto contenido que poseen las materias de humanidades, donde se enseña que lo humano se construye a partir de los valores espirituales.

Es importante formar a los alumnos en la reflexión, pues esta acción consiste en saber a profundidad los contenidos, en haberlos analizado y vuelto a pensar; es decir, hacer una segunda reflexión, es como darle la vuelta a los conceptos y que los estudiantes los piensen por sí mismos. No se persigue la utilidad, sino que se lleva a cabo un aspecto humanístico, que, a veces, como dice Nussbaum, está relacionado con la imaginación o con la creatividad.

La trascendencia de los contenidos de las materias tendría que enfocarse en que los temas vistos en clase sean aspectos que tiene que ver con algo más práctico en cada materia, y así tiene una gran resonancia en las mentes de los jóvenes y permanece por siempre, dado que continuamente seguirán reflexionando en esos temas fundamentales, para forjar una buena vida y una comunidad armoniosa. 

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