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Debe adecuarse a la fase de desarrollo de la persona

Existen muchos mitos sobre el entrenamiento por parte de los jóvenes

Debe adecuarse a la fase de desarrollo de la persona
Existen muchos mitos sobre el entrenamiento por parte de los jóvenes

Existen muchos mitos sobre el entrenamiento de fuerza por parte de las y los adolescentes, desde la idea errónea de que no terminarán de desarrollarse y se van a quedar “chaparritos”, hasta el absurdo de pensar que una vez que inician con ejercicios de fuerza ya no pueden dejar de hacerlo porque cuando sean viejitos su cuerpo se va a “colgar”.

La adolescencia es un periodo de cambio, la transformación de un niño en un adulto, tanto en lo físico como en lo mental. Las hormonas son las responsables de este cambio, se activan en un momento distinto en cada persona y la velocidad del proceso no es igual para todos. Por lo tanto, el entrenamiento de fuerza en los adolescentes se tiene que adecuar a la fase de desarrollo en la que se encuentran.

Los adolescentes buscan en los ejercicios de fuerza la respuesta a sus deseos de imagen corporal, por eso es importante que se informen y busquen asesoría con un profesional en la materia para establecer un objetivo razonable en cada caso, explicándoles qué pueden y no conseguir, entendiendo los riesgos de lesiones por sobrecarga y concentrarse en mejorar otras cualidades físicas como el equilibrio, la flexibilidad y la coordinación.

Los programas de entrenamiento físico se basan en el correcto equilibrio entre la carga aplicada, la resistencia del organismo y el tiempo de recuperación, eso producirá un efecto positivo de mejora.

Cuando el objetivo es el rendimiento deportivo, el entrenamiento de fuerza va orientado a aumentar la potencia, la velocidad de ejecución, así como a proteger en caso de caídas o contacto físico. Cuando el objetivo es la imagen corporal y la salud, el entrenamiento de fuerza debe estar relacionado con las características físicas de los jóvenes, deberá de ser dosificado, eligiendo el material más adecuado para realizar el entrenamiento. En cambio, para aquellos que presentan mayor fuerza muscular, el entrenamiento con pesos libres y máquinas será el más adecuado, siempre con una carga adaptada para mantener en todo momento un control corporal.

El entrenamiento de fuerza ofrece una serie de beneficios importantes para los jóvenes. Aunque es comúnmente asociado con adultos que buscan desarrollar masa muscular o mejorar su rendimiento deportivo, los jóvenes también pueden obtener ventajas significativas con este tipo de entrenamiento. Algunos de los beneficios del entrenamiento de fuerza en jóvenes son:

Desarrollo muscular y fuerza. Esto puede ser especialmente beneficioso para los jóvenes que participan en deportes, ya que un aumento en la fuerza puede mejorar su rendimiento.

Mejora de la salud ósea. El entrenamiento de fuerza estimula el crecimiento y la densidad ósea, lo que puede ayudar a prevenir lesiones y a reducir el riesgo de osteoporosis en el futuro.

Favorece el metabolismo. Aumentar la masa muscular acelera el metabolismo, lo que puede ayudar a mantener un peso corporal saludable y reducir el riesgo de obesidad.

Mejora de la postura y equilibrio. El entrenamiento de fuerza fortalece los músculos, ayudando a mejorar la postura y el equilibrio.

Reducción del riesgo de lesiones. Un cuerpo más fuerte es menos propenso a sufrir lesiones, ya que los músculos y las articulaciones son más resistentes y estables.

Desarrollo de la confianza en uno mismo. Al ver mejoras en la fuerza y apariencia física, los jóvenes pueden ganar confianza en sí mismos.

Beneficios mentales. El ejercicio, incluido el entrenamiento de fuerza, libera endorfinas, lo que puede ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y combatir la depresión.

Establecimiento de hábitos saludables. El entrenamiento de fuerza puede inculcar en los jóvenes la importancia del ejercicio y establecer hábitos saludables.

En el Departamento de Educación Física de tu plantel podrás encontrar la guía que te permita realizar tu entrenamiento de acuerdo con tus necesidades.

 

Referencias de consulta

Dietrich, M. (2003). Metodología general del entrenamiento infantil y juvenil. Paidotribo.

Barlany, J. (2003). Fundamentos de fisiología del ejercicio y del entrenamiento. Barcanova.

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