Mi historia en el CCH empezó de manera un tanto extraña, porque un cambio de último minuto en mi registro de opciones me trajo aquí. Me enfrentaría a una nueva parte de mi historia y estaría solo, me sentía extraño. Tras recibir la carta de aceptación, me sentí feliz y aterrado. Mi papá, mi mamá y mi abuela estaban preocupados por mí y por todo lo que venía para mi futuro.
Llegó mi primer día de clases y mi familia estaba nerviosa, pues no podían acompañarme. Era un camino que tenía que hacer solo, pero yo confiaba en el apoyo que me daban.
Mis primeras dos semanas fueron complicadas. El turno vespertino no era de mi agrado y no quería hacer amistades porque buscaba cambiarme en tercer semestre. Mi plan se frustró cuando conocí a mis amigos y generé relaciones cooperativas que, desde mi perspectiva, fueron maravillosas.
Me acoplé a este turno, convivía y formaba experiencias a diario con mis amigos; mis miedos y nervios se disiparon de inmediato y cada situación se volvía una anécdota en mi casa.
En este sentido, mis tres años en CCH han sido una experiencia increíble, jamás imaginé lograr tantas cosas y formar amistades tan fuertes. Supuse que era una etapa en la cual me enfrentaría a demasiados problemas o situaciones que no podría manejar; me equivoqué por completo, yo creo que todo pasa por algo, cada situación que viví, vivo y viviré tiene un porqué y me enseña algo. Le estoy agradecido a todos mis amigos, mi familia y profesores, por todo su apoyo y enseñanzas fuera del ámbito académico.
El CCH es y siempre será mi más hermosa decisión peculiar. Veo con nostalgia varias de mis experiencias y me encanta el hecho de haber conocido a tantas personas y sentirme bien con ellas, mis logros son algo que tuve que construir poco a poco y con ayuda.
Ahora me pregunto ¿qué habría pasado si hubiera cambiado varias decisiones del pasado? Al final estoy feliz con mis logros y dispuesto a aprender de las nuevas etapas que vienen.
El CCH es una etapa donde pueden desarrollar su potencial y siempre contarán con el apoyo si así lo desean. Caer no está mal, siempre se pueden levantar y ser más fuertes que antes; no pierdan sus ideales y tampoco se dejen llevar. Me gustaría cerrar con la siguiente frase de William James: “Comienza por hacer lo necesario, luego lo posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.