El debate sobre la tecnología en el aula ya no es opcional y los profesores deben actualizarse, pero no se trata de aprender tal o cual aplicación, plataforma o software, sino de estructurar la enseñanza con un enfoque del uso de la tecnología, en su caso, para el Área de Matemáticas, acorde con toda la estructura pedagógica que tiene el Modelo del Colegio.
Así lo consideró el profesor Edgar Solís de los Reyes, del plantel Azcapotzalco, al exponer “El Modelo Educativo y el Área de Matemáticas frente a la Tecnología”, como parte de las charlas Rumbo al 3er Coloquio Aportaciones a las materias de los Programas de Estudio Actualizados al Perfil del Egresado del CCH.
Luego de hacer un recuento de los fundamentos y propósitos educativos del Colegio, Solís cuestionó la falta de formación tecnológica de los docentes y de articulación institucional en el área, que guíe sobre cómo usar la tecnología en la enseñanza, en la impartición de materias como el álgebra, el cálculo, la geometría o la estadística, entre otras.
Recordó que en la enseñanza de las matemáticas que se imparten en el CCH, uno de los principios fundamentales es que los alumnos puedan examinar diferentes tipos de relaciones, planteen conjeturas, que utilicen distintos tipos de representación, establezcan conexiones, empleen argumentos y comuniquen sus resultados.
Estas son las habilidades generales que nuestra área busca aportar a sus alumnos y que sirven no sólo para el estudio de las matemáticas, sino para el estudio en general.
En particular, dijo, su área tiene que aportar a los jóvenes sin importar el área que van a estudiar, pero más aún hacia los que van a continuar estudiando matemáticas y deben poseer habilidades generales como la estimación, que corresponde al área de estadística; la generalización, la formalización, la reversibilidad de pensamiento, la flexibilidad y visualización espacial.
El ganador del Premio de Jóvenes Universitarios se refirió a la experiencia de su área durante la pandemia, donde hicieron propuestas sobre cómo trabajar las matemáticas en modo no presencial, “algunos docentes intentaron adaptar o diseñar nuevos materiales para trabajar en línea, algo parecido al aula invertida; otros usaron softwares especializados o recurrieron a GeoGebra, para generar materiales que no sólo fueran explicativos, sino que motivaran la reflexión de los alumnos”.
Algunos aspectos en contra fueron, además de los relacionados con la salud de maestros y alumnos, el tiempo, ya que el avance no era el mismo que el de las clases presenciales, aunque hubo logros significativos en los que se alcanzó la enseñanza de ciertos aprendizajes, concluyó.
