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Conferencia “Érase un bosque de palabras”

En la Filuni, la escritora uruguaya explicó que la literatura mexicana fue un maravilloso descubrimiento

Conferencia “Érase un bosque de palabras”
En la Filuni, la escritora uruguaya explicó que la literatura mexicana fue un maravilloso descubrimiento

La poeta uruguaya Ida Vitale se presentó en la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) con el conversatorio “Érase un bosque de palabras: Ida Vitale en la UNAM”, en el cual expuso un recuerdo que atesora: “cuando llegué a México descubrí una maravilla a la que no me habían acercado: ese lujo que es la literatura mexicana”.

Su conferencia fue el evento principal en el primer día de actividades de la sexta edición de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni), que tuvo como sede el salón Clementina Díaz y de Ovando del Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM, donde estuvo acompañada por el escritor español Luis García Montero y por la escritora Rosa Beltrán, titular de la Coordinación de Difusión Cultural UNAM.

La doctora Beltrán presentó a la poeta trazando su espíritu independiente y proclive al conocimiento, así como la importancia de su exilio en México, que duró de 1974 a 1984, años “que la marcaron como poeta y nos marcaron. Es un honor para la UNAM que una poeta como ella haya aceptado sin dudarlo la invitación a participar en la Filuni, porque su presencia es en sí un acto político, estético, un acto profundamente amoroso hacia México”.

Luis García Montero señaló que la poesía de Ida Vitale es una con la realidad. “Su primer libro -agregó- fue publicado hace 75 años bajo el título La luz de esta memoria. El segundo apareció en 1953, Palabra dada, ambos son muestra de las interrogantes que se planteó”.

Por su parte, Ida Vitale leyó y comentó varios poemas de su autoría.

A propósito de Obligaciones diarias, la escritora dijo: “A veces se crea la idea de que el poeta para crear se debe apartar de las cosas terrenas. ¡Qué disparate! Me gustan las obligaciones diarias. Mi casa familiar era un hogar con literatura aburrida, lo cual me llevó a descubrir libros que suponían que no eran adecuadas para mi edad. A las mamás presentes, con niños en edad de ser estropeados, les sugiero que dejen que lean aunque no sean textos para ellos. No hay nada más necesario que leer lo que uno no entiende”. 

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