Ubicados en tres terrenos con extensiones de entre 13 y 14 hectáreas del entonces Distrito Federal (DF), localizados en la avenida Aquiles Serdán, en Azcapotzalco; avenida De los Remedios, en Naucalpan, Estado de México; y Avenida de los 100 Metros, en Vallejo, se levantaron los primeros edificios escolares que en 1971 conformarían al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH).
La proeza arquitectónica de las nuevas edificaciones se llevó a cabo , principalmente, durante febrero y marzo de ese año, por cientos de trabajadores de la construcción e ingenieros comandados por personal calificado de obras de la UNAM para que el proyecto educativo del CCH, ideado por Pablo González Casanova —rector de la Universidad de 1970 a 1972— abriera por primera vez sus puertas el lunes 12 de abril de 1971 con los planteles Azcapotzalco, Naucalpan y Vallejo, a una población de 15 mil 59 estudiantes quienes, con entusiasmo e ilusión, inauguraron las clases en el Colegio.
A los nuevos alumnos se sumaron también 523 docentes que se distinguían, entre otras cosas, por ser jóvenes recién egresados de las facultades de la UNAM o se encontraban en el último semestre de sus carreras profesionales. Estos jóvenes universitarios tenían interés en dar clases y formarse como docentes bachillerato en un nuevo modelo educativo a nivel nacional, el cual sentaría las bases para una transformación educativa.
Previamente tuvieron que ser seleccionados por un comité directivo del CCH. Después, participaron en conferencias y cursos para disipar dudas y reafirmar los objetivos y métodos de enseñanza.
En ese primer día de clases, los jóvenes maestros contaron con un manual donde se abordaba de manera clara qué era el CCH, las principales técnicas de estudio y de enseñanza del momento.
En tanto, 189 trabajadores administrativos, entre personal de apoyo secretarial, bibliotecario o de limpieza formaron parte de ese momento histórico para el CCH.
AL AÑO SIGUIENTE ABRIERON OTROS DOS PLANTELES
La matrícula estudiantil por plantel fue: Azcapotzalco, con 5 mil 68 alumnos; Naucalpan, con 4 mil 507; y Vallejo, con 5 mil 484, distribuidos en cuatro turnos, de lunes a viernes. Los estudiantes también debían asistir los sábados a tomar clases e investigar por su cuenta.
Cabe destacar que al año siguiente, en 1972, el lunes 3 de abril, 10 mil 172 alumnos de primer ingreso, 226 nuevos docentes y 136 trabajadores inauguraron los planteles Oriente y Sur, y con ello se completaron los cinco centros educativos del CCH.
Otro dato importante fue que a lo largo de los primeros meses de vida de los planteles Azcapotzalco, Naucalpan y Vallejo, los trabajos de construcción continuaron, por lo que era común ver a los estudiantes, profesores y trabajadores realizar sus actividades educativas y administrativas rodeados de albañiles entre materiales de construcción como grava, arena o cemento.
En su primera etapa cada sede contó con cuatro unidades de aulas, construidas en seis mil 786 metros cuadrados, equipadas con 48 sillas tubulares, 24 mesas binarias –que podían organizarse según las estrategias didácticas– y dos pizarrones en cada extremo del salón.
También en cada plantel había tres laboratorios con capacidad para 50 estudiantes, dos talleres, una unidad administrativa y una biblioteca para 100 usuarios.
