La ciudad y los perros

Obra de Mario Vargas Llosa

La ciudad y los perros cumple seis décadas de haber sido publicada

Obra de Mario Vargas Llosa
La ciudad y los perros cumple seis décadas de haber sido publicada

En el panorama literario de América Latina, el año de 1963 representa un momento clave, ya que se publicaron  obras capitales: La feria, del mexicano Juan José Arreola; Rayuela, del argentino Julio Cortázar; Los recuerdos del porvenir, de la mexicana Elena Garro; y La ciudad y los perros, del peruano Mario Vargas Llosa, que cumplen 60 años.

Es, precisamente, sobre esta última novela que deseo escribir. Actualmente, el nombre Mario Vargas Llosa ya es una suerte de marca registrada en la literatura mundial, supone calidad y una visión muy particular del mundo en América Latina.

Cabe recordar que a lo largo de su vida, el peruano ha cambiado su propia declaración de principios, pues a él le debemos el término “dictadura perfecta”, acuñado a las bases del Partido Revolucionario Institucional en un congreso realizado en México.

Con el tiempo, este joven revolucionario y contestatario ha cambiado de ideas y hoy, después de haber sido candidato a la presidencia de su país, lleva como heráldica un discurso distanciado de lo que defendía la revolución cubana, de la que fue partidario y posteriormente renegó.

Hasta aquí, una breve semblanza del personaje político, que no es siempre la del escritor. La ciudad y los perros representa el punto de partida novelístico del autor y su presentación como una joven promesa de la literatura, pues se trata de su ópera prima narrativa, sólo antecedida por un breve cuento llamado “Los Jefes”.

El argumento de la novela tiene sus bases en el mundo castrense, en específico, en el Colegio Militar Leoncio Prado, sitio donde un grupo de adolescentes crece bajo la estricta disciplinar de los militares.

Los protagonistas, Ricardo Arana, “El Esclavo”, Alberto Fernández, “El Poeta” y “El Jaguar” entretejen un conflicto en torno al robo de un examen de química, que los llevará a la muerte de uno.

En un escenario en el que conviven la agresividad, la sexualidad, la virilidad y los múltiples complejos sociales y raciales de un país latinoamericano, Vargas Llosa narra con una técnica en la que se contraponen los momentos, donde el pasado y el presente fluyen en un lazo que se enreda y desenreda.

La violencia con la que son contadas las situaciones es un detonador. Ese hombre/perro, ese hombre/animal, ese hombre/violencia condiciona las acciones de cada uno de los personajes secundarios y es, como muchas de las obras escritas por los autores del boom, una crítica severa a los sistemas sociales y políticos de sus países.

Después de La ciudad y los perros, Vargas Llosa publicó Los cachorros, un cuento hermanado con esta novela.

En mi lectura, en este caso, el género breve resultó ser más efectivo, la tensión del relato es verdaderamente trepidante, además de que el autor utilizó una técnica similar a la de un coro, pues no existe un narrador que guíe, los personajes cuentan todo, la vida de “El Pichulita”, quien sufre la castración provocada por un perro, siempre los dientes y la violencia como causante de los conflictos personales y sociales. La degradación a la que lleva el peruano a sus personajes es muy destacada.

Una vez alcanzada la fama con esta obra, por la que recibió el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica Española, el peruano escribió una de las mejores literaturas en español, con Conversación en la catedral (acaso la mejor novela de Mario), La casa verde, La guerra del fin del mundo y La fiesta del chivo, una de las últimas grandes obras del autor. 

No cabe duda que para los alumnos del CCH sería imprescindible acercarse a la obra literaria de un escritor del talento y creatividad de Vargas Llosa.

Compartir: