Bajo la premisa de que la pandemia nos obligó a reaprender, la maestra Dolores Maya Girón invitó a los cecehacheros para que, independientemente del contexto, nunca dejen de aprender y de ser estudiantes, porque no sólo se aprende en la escuela, sino también en la vida. Ser estudiante, les dijo, es empezar a descubrir cómo se pueden hacer de más conocimientos, y eso les será útil de por vida.
Al desarrollar el tema ¿Qué tipo de estudiante eres?, la orientadora de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa (DGOAE) explicó que aunque todos somos diferentes y esa gran diversidad enriquece, hay que estar conscientes de que existen inteligencias múltiples y diversos estilos de aprendizaje.
En primero lugar, definió que ser estudiante se refiere a aquel que realiza la acción de estudiar y se le ubica en un contexto académico, como una persona que aprende y pone en práctica los conocimientos aprendidos de alguna disciplina, alguien interesado en adquirir el conocimiento que lo llevará a alguna evaluación o recompensa.
Mientras que la palabra alumno deriva del latín alumnus, que significa alimentar, “a mí me gusta más la palabra estudiante, porque alumno implica permitir que alguien me alimente o bien yo alimentar y alimentarme, pero qué sucede con ese alimento; lo procesamos bien, lo asimilamos, lo discriminamos o lo recibimos sin cuestionar”.
Por eso, dijo, esta palabra le parece pasiva y poco útil cuando se habla de un contexto de aprendizaje, donde lo importante es interactuar, intervenir, ser parte de esta transformación, de esa creación, de involucramiento con el conocimiento.
Así que invitó a los jóvenes a reflexionar si son alumnos pasivos o estudiantes para luego preguntarles qué implicaciones tiene ser estudiante. Recordó que cualquiera puede tener cierta inteligencia, pero hay que ser inquieto, porque hay mucho por aprender, ir más allá para investigar qué tanto me están dando, si sólo es una dosis mínima de conocimiento.
También es importante tener estrategias de estudio, seleccionar adecuadamente entre la diversa información que se genera y para realizar una tarea específica, un tema, examen o materia.
Para ello, expuso, se necesita disciplina; qué tanto tiempo le voy a dedicar a adquirir conocimientos, cómo lo voy a realizar y a trabajar verdaderamente en ello, porque hay muchos distractores, la disciplina es fundamental para elaborar nuevos conocimientos y habilidades (de leer, de discernir, de discriminar) que me resultan útiles, subrayó.
Hábitos de estudio es otra característica importante, pero creo que esos ya fueron adquiridos desde la educación básica, supongo que ya los tienen, hay que empezar a organizarlos y hacer un buen uso de ellos, para que nuestra actividad de estudiante nos resulte más amena.
Hay que ser multifuncionales, señaló, porque requieren ser multitareas; aprender y adquirir tantos conocimientos, de manera tan rápida y con muchos recursos disponibles, no pueden quedarse pasivos cuando el contexto nos demanda muchísimo más, como en esta pandemia, los que no estábamos capacitados tuvimos que actualizarnos.
La especialista enumeró otros aspectos como ser curioso y no quedarse con lo que se recibe, buscar y vincular información, ser independiente y acceder a los saberes; ser sociable, para trabajar en un ambiente de respeto. Tener motivación, saber por qué estoy estudiando y una actitud crítica, pues estoy en proceso de formación, “si no contamos con estas actitudes, las podemos adquirir”.
Sobre las inteligencias múltiples se refirió a la verbal, la lógico-matemática, la visual, la corporal, la musical, la interpersonal y la intrapersonal; a estilos de aprendizaje como el divergente (trabaja en la elaboración de ideas), el convergente (aborda la resolución de problemas), acomodador (se enriquece de todos los estilos) y el asimilador (independiente y colaborativo).
