¿Cuáles son las posibilidades que tenemos de cuestionar el orden de género como verdad absoluta?, ¿cómo lograr cambiarlo y promover una perspectiva de género?, ¿cómo alcanzar masculinidades alternativas? Éstas y otras preguntas fueron el detonante para la reflexión que sostuvieron Ricardo Ayllón, de Género y Desarrollo A.C. (GenDes), y académicos del Colegio de Ciencias y Humanidades.
Lo anterior, durante la conferencia “Género y masculinidades alternativas”, que formó parte de las actividades del Tercer Seminario sobre prácticas de género del CCH, que tiene entre sus objetivos construir una cultura de género en dicha institución, a partir de la formación de sus docentes.
El ponente invitado es cofundador de GenDes, organización mexicana sin fines de lucro, entre sus propósitos están impulsar la igualdad sustantiva activando la responsabilidad masculina y el trabajo con hombres; contribuir a la mejora de las condiciones de vida de mujeres y hombres, desde una perspectiva de género, y promover estrategias de intervención y de incidencia para prevenir y atender fenómenos vinculados a la socialización del género.
Aun cuando la igualdad de género es un principio constitucional, precisó el especialista, esto no se lleva a la práctica. Para que sea una realidad, la igualdad debe traducirse en oportunidades reales y afectivas para ir a la escuela, acceder a un trabajo, a servicios de salud y seguridad social; competir por puestos o cargos de representación popular; gozar de libertades para elegir pareja, conformar una pareja y participar en los asuntos de sus comunidades, organizaciones y partidos políticos, enfatizó.
Y ante esto, la transformación masculina es vital. La masculinidad hegemónica es factor de la desigualdad de género, además de que ejerce violencia contra mujeres, contra otros hombres y contra sí mismos. Por lo que es necesario trabajar en masculinidades alternativas en favor de la eliminación de la violencia, donde se atienda a la salud, se dé la corresponsabilidad y cuidados, y se generen paternidades integrales, enfatizó.
Con visión de género
La perspectiva de género, explicó Ricardo Ayllón, es una herramienta conceptual que busca mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a los seres humanos. “Ponernos los lentes de género nos ayuda a desnaturalizar la lógica de género (jerárquica y opresiva) que hasta antes habíamos asumido como natural e inmovible”.
Un ejercicio, refirió, que ha llevado a que hombres y mujeres no tengan las mismas oportunidades laborales, de crecimiento y desarrollo personal, así como las mismas posibilidades dentro de sus vínculos afectivos, acciones que provocan que sean con mayor frecuencia las mujeres quienes sufran violencia de género.
Por ello es urgente una transformación, y es la perspectiva de género el camino, ya que “persigue el ideal de solucionar los desequilibrios que existen entre mujeres y hombres por medio de acciones como promover una redistribución equitativa de las actividades entre los sexos, tanto en las esferas de lo público como lo privado”.
Del mismo modo, se centra por “lograr una justa valoración de los distintos trabajos que realizan mujeres y hombres, especialmente en lo referente a la crianza de las hijas e hijos, el cuidado de los enfermos y las tareas domésticas”.
Y también impulsa una “modificación de las estructuras sociales: los mecanismos, reglas, prácticas y valores que reproducen la desigualdad entre hombres y mujeres”.
