Escenificación

Escenificación

Pequeños actos se suman para resolver el conflicto principal

Escenificación
Pequeños actos se suman para resolver el conflicto principal

En este espacio ya nos hemos referido a la acción como la médula del teatro. Una obra de teatro se escribe con la idea de ser un texto que culminará presentándose en un escenario a través de intérpretes, quienes utilizan su cuerpo, su voz y sus emociones para representar un conflicto. Ese conflicto se resuelve (o no) a través de las acciones que realizan los personajes.

Cuando vemos teatro danza, por ejemplo, la partitura corporal desarrolla el conflicto a través de acciones. En este tipo de teatro, las palabras son escasas, o incluso inexistentes, pero el conflicto avanza gracias a las relaciones que se establecen entre los personajes y a las convenciones con las que la producción establece pactos para comunicarse con el público.

En el teatro de palabras, el conflicto avanza también a través de las convenciones, de la relación que se establece entre los personajes, pero, sobre todo, por medio de la acción que se ve reflejada a través del diálogo. El diálogo manifiesta el pensar del personaje, sus deseos y los obstáculos que enfrenta para concretarlos.

Por lo general, el personaje utiliza el diálogo como herramienta para resolver su conflicto. Así pues, cuando se analiza una obra de teatro que hemos leído, es a través del diálogo que nos enteramos de cuál es el conflicto principal y de cómo el personaje lo enfrenta.

Cuando se piensa escenificar una obra de teatro, el primer análisis debe llevarnos a establecer cuál es el objetivo principal de cada personaje, el por qué los obstáculos que enfrenta lo ponen en una situación conflictiva y la acción principal que realiza para resolverla.

 Por ejemplo, en Edipo Rey, el personaje de Edipo tiene el súper objetivo de ser un buen rey en Tebas, pero se enfrenta al obstáculo de que la ciudad está siendo atacada por la peste, por lo que hay muerte, hambre y desolación.

Por tanto, Edipo busca resolver el conflicto preguntándole al Oráculo cómo terminar con la peste; la respuesta que recibe es que debe expulsar de la ciudad al asesino de Layo (el antiguo rey). Así pues, la acción principal de Edipo es buscar al asesino de Layo para salvar a Tebas de la peste. Entonces, en esta obra, vemos la trayectoria de un personaje que desde un principio tiene un objetivo y comienza una serie de acciones hasta que encuentra al asesino y actúa en consecuencia.

Una vez que se ha encontrado el súper objetivo del personaje, los obstáculos, el conflicto y la acción dramática principal, los intérpretes teatrales están listos para comenzar a construir a los personajes. Sin embargo, si a lo largo de una escenificación, el actor o la actriz sólo tienen su súper objetivo en cuenta y la dirección sólo piensa en la acción principal, la obra será seguramente plana.

En el teatro, la acción está dividida en pequeñas acciones que se van sumando para resolver el conflicto principal. Es decir, aunque la acción principal sea encontrar al asesino de Layo, Edipo debe realizar acciones como indagar, cuestionar, defenderse, advertir, amenazar, planear, suplicar, etcétera. Todas estas pequeñas acciones, orientadas a la principal, se encuentran en el diálogo y reciben el nombre de unidades de acción, o beats en inglés.

Los segmentos que crean cada unidad de acción, o beats, suelen ser identificados con base en la interpretación personal de quien lee el libreto teatral, dado que no siempre son tan evidentes. Identificarlos sirve tanto a quien dirige como a quien interpreta los personajes para ser más claros en la forma de contar la historia para el público.

Cuando los beats o unidades de acción son identificados, conviene nombrarlos. Es decir, asignar la acción correspondiente a cada uno. En ese sentido, se debe tomar en cuenta que cuando la acción cambia, también lo hace la acción del personaje que está interactuando con el que cambia inicialmente la acción.

Una vez que se identifican los beats se nombran con acciones específicas que sirven para promover la creatividad de todos los involucrados en la escenificación. Pedir a una actriz, por ejemplo, la acción de “confrontar” a su amante, no es tan rico como pedirle que lo ponga a prueba, que lo tantee, que lo cate, que lo examine, etcétera.

Usar verbos como decir, comunicar, transmitir, etcétera, suele ser general y poco atractivo. Se debe luchar por buscar verbos activos para que cada beat motive tanto al intérprete como al público. 

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