La historia de Yaotzaneth Tonalli Díaz de León Díaz está marcada por una discapacidad adquirida, la resiliencia y el deporte. Ese tránsito, aunque doloroso, la llevó a resignificar sus creencias sobre las distintas posibilidades de vivir la vida y a ser una de las 67 deportistas que conformaron la Selección Nacional que representó a México en los Paralímpicos de París 2024.
Yao, como le gusta que le llamen, estudió en el plantel Sur, y al regresar a sus clases, en el marco de las actividades realizadas por Grupo Tenoli: Red Cecehachera por la Discapacidad, por el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, recordó la época en la que estudiaba en el Colegio.
Uno de los hechos que marcó su vida fue un accidente que tuvo cuando tenía 20 años.
La joven cuenta que cuando regresaba a casa fue arrollada por un autobús, lo que le provocó “fracturas de pies a cabeza y entre las cosas más fuertes que me sucedieron, tuve una amputación parcial de pie con pérdida de tejidos por infección”.
“Requerí muchas cirugías, tratamientos, tuve muchas infecciones y mucho dolor. Hasta que ocho años después, cuando estaba analizando qué era lo que quería para mi vida, me ofrecieron otra cirugía y la acepté; sin embargo, esta vez pedí que fuera completamente una amputación porque tuve todo el proceso de razonar que esta parte de mí ya no era algo que yo quería, ya no me era útil ni pertenecía a mí, sino que me estaba atorando muchas cosas”, contó la atleta.
Después de más cirugías, Yao fue candidata al uso de prótesis: “Ahora soy amputada debajo de rodilla, es amputación transtibial y de verdad que la vida me dio un giro, primero me despedí del dolor y eso significó volver a vivir, tomar la decisión fue verme con amor propio, ver lo que quería para mí”, aseguró.
“Esta primera parte fue una gran oportunidad para razonar qué es lo que quería para el día, porque yo nunca vivía para el futuro, vivía únicamente en el día”.
Este cambio la acercó al deporte adaptado como una herramienta de rehabilitación y llegó a la práctica de básquetbol sobre silla de ruedas. Ello fue un cambio radical porque “fue volver a vivir estas emociones del movimiento, la adrenalina y la velocidad con ayuda de una silla de ruedas; era volver a sentir, cuando pensé que al inicio no iba a volver a tener todas estas experiencias”.
Esta práctica cambió su vida, pues aprendió a usar una silla de ruedas, una prótesis y sobre sí misma; además, le permitió visualizarse a futuro y saber lo que quería para los próximos años.
Ahora, Yao conoce a “muchas personas que ahora son mi familia, que son gente que amo mucho, que, a pesar de tener otras discapacidades diferentes a la mía, contamos con una historia muy similar y nos entendemos”, finalizó.