Una biblioteca viva

Detrás de los estantes…

Conoce el proceso técnico que sigue una incorporación editorial

Detrás de los estantes…
Conoce el proceso técnico que sigue una incorporación editorial

Cada año, la Biblioteca “Dr. Ignacio Renero Ambros”, del plantel Naucalpan, emplea su presupuesto en adquirir libros nuevos. Los criterios para elegir qué títulos se agregarán al acervo son diversos. El más importante de ellos es, quizá, la adecuación de un texto a los programas de estudios de las asignaturas que se imparten en el Colegio.

También son relevantes las propuestas bibliográficas que los docentes rescatan de muestras y ferias del libro. Aunque otras tantas propuestas están vinculadas al buen gusto de los excelentes lectores que integran la comunidad.

Un rasgo sobresaliente es que su acervo bibliográfico está por encima de las necesidades curriculares de los programas de estudio, de ahí que no sea raro que egresados, alumnos y profesores universitarios sigan acudiendo al plantel para consultar títulos que no están disponibles en sus bibliotecas, o porque paseando por sus anaqueles encuentran verdaderas rarezas.

Pero para mantener viva la biblioteca, no basta sólo con añadir más ejemplares. Antes deben ser preparados y el primer paso es bastante meticuloso. Cada bibliotecario y bibliotecaria recorre hoja por hoja un nuevo ejemplar. Esta etapa, que podríamos llamar la de “Los dedales anaranjados”, tiene por finalidad buscar una malformación de origen: una hoja faltante, una ilustración extraviada, páginas mellizas, textos gemelos, paginaciones maltrechas.

Tras revisar tripa, pie, cabeza, lomo y portada, las manos de estos expertos pasan a la etapa de sellado, una especie de unción a partir de la cual se dota a cada libro de un signo de pertenencia. Si un libro se extravía, siempre será posible saber a dónde habrá de regresarse. La mayoría de los sellos son visibles, pero hay otros ocultos que sólo se encuentran en páginas secretas, a medida que el lector avanza en su inspección.

 

Seguridad ante todo

Posteriormente, y este es el arte más celosamente guardado, se protege cada ejemplar con un sistema de alarmas que sólo permite la salida de un volumen cuando se ha solicitado en préstamo. Hecho esto, se asigna un domicilio a cada libro huésped, éste lo ubica perfectamente entre el sinfín de callejuelas cartesianas que han dado estructura a la biblioteca.

Debe ser muy visible, legible para el ojo humano, pero también para el ojo electrónico, que se pasea por sus códigos de barras cada que deseamos solicitar un préstamo o concluir una devolución.

¡Y santo sobresalto! Sólo los bibliotecarios y bibliotecarias tienen la potestad de subrayar con un par de líneas el título de cada libro y escribir a lápiz la clasificación y el número de identificación personal del nuevo huésped, mejor conocido como número de adquisición o, para el caso de nuestro plantel, el llamado CYHA. Después de ello, cualquier intento de sobreescritura o de rayón se considera maltrato.    

 

En esta pandemia

Como imaginará el lector, durante este periodo de confinamiento se siguieron comprando libros, pero su proceso técnico se pospuso por el cierre de los planteles. Sin embargo, el semestre pasado, con el regreso parcial y el consecuente retorno de los bibliotecarios y bibliotecarias, esta importante labor fue retomada en dimensiones pocas veces vistas.

La biblioteca de Naucalpan fue la primera de todo el Colegio en reanudar sus servicios y, con ello, gracias al trabajo conjunto, se comenzaron a trabajar los libros de dos años de pandemia. A la fecha, se han procesado por completo 2 mil 276 libros, mientras que a 2 mil 830 se les ha completado el proceso menor.  De modo que más de cinco mil libros se estarán incorporando a nuestra colección.

Hay que destacar también que todas las novedades estarán a disposición de la comunidad frente a la sala de procesos técnicos. Es muy importante identificar los nuevos títulos antes de que se incorporen a su área y nos sea más difícil distinguirlos. En nuestro programa de fomento a la lectura Los bibliotecarios y las bibliotecarias de Babel también se darán a conocer muchas de las recientes adquisiciones. 

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