Los días 4 a 7 de mayo se presentó, en el Teatro del Pueblo del centro capitalino, el estreno en México de la obra Orígenes, una pieza de Cara Mía Theater en colaboración con el Laboratorio de la Máscara, que tuvo su premier a mediados de abril en el Latino Cultural Center (Black Box) en Texas, Estados Unidos.
El grupo Cara Mía fue fundado en Dallas en el año de 1996. La misión de este colectivo es inspirar y comprometer a su público a edificar a sus comunidades a través de un teatro latino transformador, de experiencias multiculturales para las juventudes y de la acción comunitaria.
Para lograr su cometido en lo que respecta a la creación escénica, Cara Mía trabaja dramaturgias originales y bilingües con artistas de Latinoamérica que residen en Dallas o en otros lugares de Estados Unidos.
Su puesta en escena Orígenes es fiel al trabajo que han realizado durante años. En esta pieza –también bilingüe– exploran el tema de la migración desde un punto de vista que nos permite evaluar la calidad de migrante no como una comunidad, sino desde la individualidad.
En la historia, Esperanza se convierte en un migrante que tiene sueños y aspiraciones, pero que también duda, que comete errores, que tiene desencuentros, que no es idealizada y se enfrenta a la dura tarea de descubrir su propia identidad.
Al hacerlo, el público la descubre también, lo que pone de manifiesto que no existe un molde para encasillar a los migrantes, sino que debemos aprender a reconocer a los individuos con los que convivimos como eso, como individuos.
El tema de esta obra por supuesto que resuena en Estados Unidos, particularmente en una ciudad multicultural como Dallas, en la que los centroamericanos inmigrantes suelen ser colocados como una masa de la que se desconoce su raíz.
La pertinencia de la presentación de Orígenes en la Ciudad de México en estos momentos resulta dolorosamente oportuna. En las colonias del centro de nuestra capital los migrantes centroamericanos cada vez se hacen más presentes y con ellos sus necesidades, sus sueños y sus esperanzas.
Tristemente, una gran parte de nuestra sociedad no está preparada para convivir con las personas que –de paso o de forma permanente– buscan espacios en donde puedan mejorar su calidad de vida y, por consiguiente, la de sus familias.
Esto da como resultado que aquello que hemos criticado durante décadas del sistema de inmigración de Estados Unidos, se vuelva parte de nuestra forma cotidiana del trato con el migrante.
La económica y hermosa puesta en escena Orígenes nos permite ver al otro, criticarlo, pero también reconocernos. Es una experiencia escénica que se vuelve en un espacio que nos permite vernos de los dos lados de la moneda.
La puesta es sobria, al punto, con un lenguaje económico y profundo. “Para encontrarte primero tienes que perderte” le dicen sus abuelos a Esperanza, conscientes del miedo que provoca arriesgarnos.
Más adelante agregan “Para construir la casa, primero tienes que destruirla”. La frase, aunque poética, se significa en el contexto de la inmigración como un himno necesario. No es fácil partir, no es fácil volver a comenzar, sin embargo, todos tenemos derecho de hacerlo.
Orígenes tiene además otra connotación imposible de desconocer, pues algunos de los integrantes de la compañía, originarios de la Ciudad de México, presentan su trabajo en su tierra por primera vez. Gracias a David Lozano, a Frida Espinosa y a Sorany Gutiérrez por traer a México este trabajo.
Para quienes deseen acercarse a esta compañía, conocer lo que hacen y quizá colaborar con ella, pueden visitar su sitio web https://caramiatheatre.org/, en donde pueden encontrar imágenes de sus puestas en escena y sus datos de contacto.
