Un impresionante recorrido por todo lo que hay que saber sobre los seres vivos de este planeta es lo que se puede disfrutar en el Pabellón Nacional de la Biodiversidad, un espacio que la UNAM, en colaboración con la Fundación Carlos Slim, ha abierto al público en general y, en especial, para todos los universitarios, incluidos preparatorianos y cecehacheros, que serán sus próximos invitados.
Así lo adelantaron los biólogos Susana Magallón y Daniel Barreto, quienes guiaron un recorrido para invitados especiales, encabezado por los directores generales de la Escuela Nacional Preparatoria, María Dolores Valle Martínez, y del Colegio de Ciencias y Humanidades, Benjamín Barajas Sánchez, quien agradeció la visita y aseguró que los alumnos del Colegio van a apreciar mucho este espacio.
A los estudiantes, visitar CU les cambia la visión de todo lo que les ofrece la Universidad, “porque algunos chicos cuando entran al Colegio todavía no se sienten como universitarios, pero esto realmente lo van a apreciar, ya estoy viendo sus caras, realmente es un agasajo pertenecer a la UNAM. Siempre estamos sorprendidos de lo que es la institución, ese arraigo; me siento como estudiante y eso es muy bonito, cuenten con nosotros y con los maestros”, aseguró.
En este espacio convergen la tecnología, la ciencia y la investigación, para lo cual se ha diseñado una serie de objetos interactivos, actividades y talleres para los estudiantes, en los cuales se ponen en práctica los conocimientos adquiridos en las distintas salas, como son los objetivos de desarrollo sostenible, las actividades de microscopía, de especies endémicas, de huella hídrica y ecológica, la intención es que empleen la tecnología como recurso de aprendizaje y el uso de herramientas digitales no sólo para consumir contenidos, sino para crearlos, explicaron al recorrer el primer piso.
La visita comenzó con un muestrario de ejemplares del herbario nacional e incluyó una colección de frutos y semillas, insectos, mariposas, escarabajos, flores disecadas y otros animales. Al lado de este panel se aprecia el esqueleto de la ballena mexicana que nace en la reserva del Vizcaíno, la cual hace un viaje muy largo hasta Alaska y regresa para aparearse; también hay un esqueleto de cachalote, ambas con diferente dentadura por el tipo de presas que atrapan, explicó Magallón.
Luego, en una pequeña sala se puede admirar la historia evolutiva de los organismos, donde esquemas y gráficas en el piso permiten ver qué especie está más cerca de otra, y un árbol de la vida, en el que cada punta representa grupos particulares de animales, para ver cómo está todo conectado y cómo fue separándose y dando origen a otros grupos, lo cual es sólo una pequeña muestra de las millones de especies que existen, detalló Magallón, directora del Instituto de Biología (IB).
Hay que destacar que una de las intenciones es detonar vocaciones en ciencia y tecnología, pero también re-enamorar, volver a provocar esta pasión en los docentes de biología y de nuestra relación con el planeta, con lo que nos rodea, e invitarlos a descubrir los detallitos, añadió Barreto en otra parte de la visita.
En el trayecto, el director del CCH, Benjamín Barajas, consideró que “la exposición es toda una cátedra de biodiversidad y algo muy bueno para los maestros de biología y para los alumnos”.
Por su parte, Silvia Velasco, secretaria general del CCH, habló de lo bien estructurada que está la muestra y destacó el planteamiento histórico del desarrollo de la biología, desde la etapa en que fue naturalista hasta convertirse en ciencia.
“Tiene esa mirada de diferentes fases de la biología, pero el eje es la biodiversidad, lo que más me gustó fue la última parte, donde el alumno tendrá esperanza, pues sí, estamos con problemas de pérdida de biodiversidad, pero hay zonas en las que se está preservando, protegiendo y trabajando a favor de ella, que los chicos perciban ese mensaje está súper bien”, opinó.
