Se busca entender y analizar los fenómenos deportivos como sistemas complicados

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Se busca entender y analizar los fenómenos deportivos como sistemas complicados

La teoría de la complejidad es un campo interdisciplinario que se ocupa de comprender los sistemas complejos, los cuales están compuestos por múltiples componentes interconectados que interactúan entre sí. Estos sistemas pueden ser físicos, biológicos, sociales o incluso abstractos.

Se centra en estudiar cómo emergen patrones, comportamientos y propiedades a partir de la interacción de múltiples componentes o partes en estos sistemas.

Esta teoría abarca una amplia gama de disciplinas, incluyendo la física, la biología, la economía, la informática, la sociología, el deporte y más.

Se ocupa de problemas que no pueden ser resueltos de manera simple o reduccionista, ya que involucran interacciones no lineales, retroalimentación, autoorganización y otros factores que generan comportamientos impredecibles.

Ejemplos de sistemas complejos incluyen el clima, el cerebro humano, los mercados financieros, los ecosistemas, los entrenamientos deportivos y las redes sociales.

La aplicación de la teoría de la complejidad en el deporte puede ayudar a los entrenadores, analistas y médicos deportivos, a comprender mejor los fenómenos deportivos y tomar decisiones más informadas.

También puede proporcionar una perspectiva interesante sobre la naturaleza impredecible y dinámica del deporte, lo que puede ayudar a mejorar la preparación de los atletas y el rendimiento en competiciones.

Cuando se aplica la teoría de la complejidad al deporte, se busca entender y analizar los fenómenos deportivos como sistemas complejos.

El deporte implica una gran cantidad de elementos interrelacionados, como los jugadores, las reglas, las estrategias, el entorno competitivo, entre otros.

Estos elementos interactúan de manera dinámica y no lineal, lo que da lugar a comportamientos emergentes y patrones impredecibles.

La teoría de la complejidad proporciona un marco conceptual para comprender mejor cómo surgen estos patrones y cómo se desarrolla la complejidad en el deporte.

Algunos conceptos clave de la teoría de la complejidad que se pueden aplicar al deporte incluyen:

Retroalimentación. Las interacciones entre los diferentes componentes del deporte generan retroalimentación, lo que significa que las acciones de un jugador o equipo pueden influir en las acciones de los demás. Esto puede dar lugar a ciclos de retroalimentación positiva o negativa, lo que afecta el desarrollo de un partido o competencia.

Adaptabilidad. Los sistemas complejos son adaptables y pueden cambiar su comportamiento en respuesta a estímulos o cambios en el entorno. En el deporte, los jugadores y los equipos deben adaptarse continuamente a las condiciones cambiantes del juego y a las estrategias de los oponentes.

No linealidad. En los sistemas complejos, las relaciones entre las causas y los efectos no son proporcionales o directamente lineales. Pequeños cambios pueden tener efectos desproporcionados y generar resultados impredecibles. Esto se refleja en el deporte, donde un solo evento o acción puede cambiar completamente el curso de un partido.

Organización. Los sistemas complejos tienen la capacidad de autoorganizarse, lo que significa que pueden generar estructuras y patrones ordenados de manera espontánea. En el deporte, esto se observa en la formación de tácticas colectivas, la creación de jugadas y la coordinación entre los miembros de un equipo.

Para Prigogine, “toda estructura compleja es el resultado del no equilibrio”. Bergson llama la atención sobre la necesidad de superar lo fácil, la imagen geométrica con la que tradicionalmente representamos la realidad.

En el deporte, el juego, lo difícil es poder representarlo con mayor precisión funcional, más allá de la estructuración espacial estable, se trata de poder conocer sus mecanismos en la variabilidad y la incertidumbre.

El juego deportivo de conjunto es un sistema complejo; Morin propone los siguientes principios para pensar la complejidad:

Sistémico, el juego produce cualidades nuevas con respecto a los jugadores y equipos.

Holográfico, el juego está presente en cada equipo y jugador.

Retroactivo, cada causa actúa sobre diversos efectos, y cada uno de ellos sobre su antecedente causal.

Recursivo, el equipo produce sistemas de juego que dotan de la condición de jugador al sujeto.

Organización, la autonomía del jugador es inseparable de su dependencia del equipo.

Dialógico, el jugador pertenece al equipo y al juego.

La correcta aplicación del paradigma de la complejidad significará un gran salto en la comprensión de los deportes, en la elaboración de su teoría del rendimiento en competición y por tanto, en la mejor adecuación de su entrenamiento, desarrollo metodológico.

 

Referencias de consulta

Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo, Barcelona: Gedisa.

Martín Acero, R. y Lago Peñas, C. (2005). Deportes de equipo, comprender la complejidad para aumentar el rendimiento. Barcelona: INDE.

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