Susana Huerta González

Día del maestro

¿Qué más puedo pedirle a la vida?

Día del maestro
¿Qué más puedo pedirle a la vida?

Desde el primer día supo que el CCH era algo único, una experiencia formativa en lo personal y profesional. “Estaba enloquecida, no sabía lo que era, pero intuía que era algo único. Me di cuenta de que era mucha responsabilidad, pero ese era el reto, aprender y hacer el mejor papel”, y así lo ha hecho por más de cuatro décadas la maestra Susana Huerta González, del plantel Azcapotzalco. Lo más importante en estos años, afirma, es corroborar que es posible “transmitir conocimientos y formar seres humanos; es posible construir cuando uno ama lo que hace. Ha valido la pena estar 49 años en el CCH”. Académica del Área Histórico-Social y coordinadora del Seminario interdisciplinario Tlamatinime, señala que el docente está llamado a equilibrar el estudio pedagógico con la superación y actualización académica, ya que son fundamentales para seguir en esta área, las disciplinas cada vez avanzan más y cuando un profesor no se actualiza en la materia que imparte, difícilmente puede realizar su trabajo. En este sentido, expresa que lo más satisfactorio es lograr una formación humana en los estudiantes, de compromiso social, y con sus profesores, y no solamente la búsqueda de intereses personales, sino el crecimiento en valores, principios, cultura, solidaridad humana.

“Es posible educar, formar en la disciplina, pero también dejar principios, valores y compromiso social, y en momentos como éste, donde se vive una crisis social, son importantes, si los jóvenes entienden la sociedad en que viven, su contexto, están ubicando lo que es la historia y esto me llena de dicha”.

Y el Colegio, apunta, ofrece al joven la posibilidad de aprender ciencias, humanidades, de ser mejor ser humano; una formación que haga engrandecer las instituciones. “Esto nos hace esforzarnos más, amar a México y luchar porque sea independiente, libre y con ciudadanos comprometidos”. Pero no sólo el aprendizaje ha sido del profesor al alumno, sino que ha sido recíproco. “La docencia se convierte en un intercambio, no que el maestro le imponga al joven, sino que sea un intercambio de saberes. Celebro que haya encontrado en la docencia el anhelo de vida, de superación, donde además de los aspectos cognitivos, el equilibrio emocional y mental, se tiene un empleo seguro en la mejor institución pública de este país y del continente, ¿qué otra cosa le puedo pedir a la vida?, es algo extraordinario y me siento verdaderamente satisfecha”.

experiencia formativa, estudio pedagógico, principios, valores, compromiso social

 

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