Cómo se produce el canto, qué es la caja laríngea, cuál es la importancia de la respiración y cómo pasa el aire por las cavidades del sistema respiratorio; cuál es el aspecto de las cuerdas vocales, del oído externo, medio e interno, de qué manera se han construido distintos objetos que producen sonido. En general, cómo generamos sonido.
Esos temas protagonizaron la charla virtual “Anatomía del sonido”, que forma parte del ciclo Cecehacheros al Museo de la Luz, trasmitido cada martes en la página de Facebook del CCH, y que esta vez fue ofrecida por la científica Adriana Bravo Williams, quien afirmó que estas actividades “son como un motor”.
“Hoy les voy hablar del sonido. Nuestro mundo está lleno de sonidos que escuchamos y los que no escuchamos. Es curioso que podamos discernir qué queremos escuchar y qué no. En este mundo de sonidos, los que nos gustan lo hemos llamado música”, dijo la especialista.
La ponente proyectó un fragmento de “La flauta mágica”, ópera de Mozart, con la intención de que se prestara atención en toda la sonoridad de la cantante. Al referirse a la caja laríngea, explicó: “Usamos toda esta parte que tenemos en nuestro organismo para producir el canto, hacemos un manejo del aire, usamos todas las cavidades que tenemos en la cabeza, en nuestra garganta y en nuestro organismo para que el aire fluya a través de él”.
Y continuó: “Tenemos una caja laríngea, donde tenemos la laringe. Lo importante no es cómo controlamos ese aire, sino las cuerdas vocales. El paso del aire lo hacemos con los pulmones, que son nuestra provisión de aire, pero también metemos aire al estómago, y hay una parte importante que es el diafragma que empuja y libera a los pulmones, los contrae y les permite expandirse. Esta es la manera en que nosotros podemos controlar el flujo de aire”.
La física destacó que la actual pandemia afecta los pulmones: “Tenemos que aprender a respirar. Es malísimo si fumas, porque implica que vas a guardar en tus pulmones sustancias químicas que no le van a permitir al pulmón expandirse y relajarse. Hay muchas técnicas, respirar y respirar para mantener la salud pulmonar y la salud del diafragma, éste hay que usarlo constantemente, respirar profundo y expirar lentamente, son las técnicas más simples que recomiendan”.
Las cuerdas vocales, explicó, “se pueden ver por la boca, atrás de la lengua, aunque realmente no son cuerdas, forman una membrana que vibra cuando pasa el aire; no se abren y cierran al unísono, son como un tambor y tienen movimiento en todas sus partes”.
A final de cuentas, qué es el sonido, planteó: “El sonido es una vibración, es energía que viaja. Los temblores también son energía que puede viajar, ¿cómo se producen? Pues tenemos placas continentales que se rozan y, al hacerlo, producen un efecto de vibración que puede viajar por el terreno. Producimos sonido en forma de voz, de canto, de ruido, es energía que se trasmite al provocar una vibración en las moléculas de cualquier medio material”.
Una duda frecuente fue qué tanto afecta escuchar música a volumen muy alto. “Si ponen un sonido estridente arriba de los 120 hertz, tu membrana timpánica es como un globo que estira y afloja. Entonces va a llegar un momento en que ya no regrese a su forma natural o se rompa. Es lo que puede suceder. Frecuencias arriba de 180 hertz son dañinas”.
