Me llamo Erick Gael León Orellana y desde que entré a la secundaria tenía la aspiración de quedarme en el plantel Naucalpan del CCH. Empecé a estudiar y este último año me metí a un curso con un maestro de Teoloyucan, quien atiende grupos para ingresar a bachillerato. La mayoría de los que iban con él aspiraban a una vocacional, al CCH y a la Escuela Nacional Preparatoria.
Me enteré de ese porque un primo estudió en Naucalpan y él me lo recomendó; también mi hermano, que es un año mayor que yo, había tomado el curso. Duró casi un año, iba dos horas, tres veces a la semana y no significó un gran sacrificio, porque había estado estudiando desde antes.
Salí con 9.3 de la secundaria, no estaba en el cuadro de honor porque me concentré en quedarme en el CCH, así que en vez de hacer algunos trabajos, me ponía a estudiar, porque quiero entrar a Medicina, no sé si en Iztacala o en CU, pero voy a revisar qué ofrece cada una.
Me gustaría hacer algo grande, una aportación a la medicina, algo interesante. Creo que desde chiquito tengo la aspiración y me propuse sobresalir, siempre decía cosas como: “me gustaría ser cantante” y otras así, como que he querido que me conozca la gente; ya después más grande decidí que quería ser médico porque puedes dar algo al país y al mundo.
Toco la guitarra y también juego básquetbol; desde pequeño (6 o 7 años) estaba en un equipo. Hace como un año, el mismo profesor que me dio el curso me invitó a unirme a un equipo y me metí. Él es muy buen profe y creo que, sin su curso, aunque me hubiera quedado, no habría alcanzado ese puntaje. Sobre los resultados, Marco Polo me dijo “te faltaron 5”, pues el examen consta de 128 reactivos. El es muy exigente.
El maestro nos hacía exámenes simulacro y salía muy bien, por lo que yo esperaba quedarme, pero no con 123 aciertos, por eso cuando lo vi me puse súper feliz.
Los admitidos con mayor puntaje fuimos a una ceremonia de bienvenida con el Rector a Ciudad Universitaria; de Naucalpan fuimos ocho, como de entre 118 a 123 aciertos. Ahí había de la Nacional Preparatoria, que sacaron más aciertos, el máximo fue 127, lo cual me hizo sentir que debí haber dado más para alcanzar ese resultado.
Me llevaron a una silla donde decía CCH Naucalpan, con el escudo; había un montón de sillas y me tocó estar hasta enfrente: me dio mucha emoción. Luego, vino una segunda ceremonia a la que sólo acudimos los del bachillerato, lo cual fue más emocionante, porque nos llamaron a uno por uno y saludé de mano al Rector cuando nos entregó un paquete de libros.
Cuando fui a CU me entraron ganas de ser el mejor y luego vi al que había sacado puro 10 de toda la ENP, así que me gustaría tener un promedio de 10. Viendo a los maestros sé que será cuestión de mucho estudio y esfuerzo, pero lo voy a intentar.
