sor juana

Una inspiración para el cambio

El rector Graue entrega el galardón a 81 destacadas universitarias

Una inspiración para el cambio
El rector Graue entrega el galardón a 81 destacadas universitarias

 En ceremonia virtual, encabezada por Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, se entregó el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz a 81 universitarias, por su trayectoria y aportes en los ámbitos de la docencia, investigación y difusión de la cultura.

En ella, participaron cuatro universitarias; por el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Vallejo, habló la académica María Esther Izquierdo Alarcón, quien llamó a reconocer la lucha de todas las mujeres, sin distinción de edad, raza, profesión, ideología o clase social; lo anterior para transformar la sociedad.

Y prosiguió: “Sor Juana, curiosa e inquieta desde su niñez, aprendió a prepararse intelectualmente, a combatir la desigualdad con educación, se atrevió a desafiar la sociedad masculina de la época y a luchar por sus ideales; es ejemplo de inspiración para el cambio y la transformación. Sin saberlo se convirtió en un referente femenino que hoy reconocemos y aplaudimos”.

La académica del plantel Vallejo del CCH afirmó que, en los tiempos que corren, los movimientos feministas han provocado cambios considerables, “no con la velocidad deseada, pero con solidez y firmeza; sin embargo, hay mucho por hacer para alcanzar la igualdad, pues para transformar patrones y conductas de una cultura patriarcal a una igualitaria se requiere de tiempo y de la participación de todas y todos”.

Actualmente, sostuvo, “la mujer tiene un papel protagónico en nuestra Universidad, somos parte del engranaje académico, político y cultural que coadyuva al desarrollo y crecimiento de nuestro país; por lo que reconozco a las mujeres del área de la salud, que han estado en la primera línea de atención en la crisis sanitaria y a las académicas que se han reinventado para continuar con sus clases a distancia”.

En representación de las escuelas y facultades, Arlette López Trujillo expresó que la emblemática figura de sor Juana, “nos convoca y honra. La aspiración de sor Juana es la de muchas mujeres que han luchado incansablemente por la igualdad y oportunidades para ocupar un lugar en los espacios educativos, para ser respetadas como seres humanos, para ser reconocidas por su capacidad”.

La académica de la FES Iztacala señaló que el camino “ha sido largo y tortuoso, la matrícula femenina de licenciatura se incrementó al 53 por ciento en 2020, pero sigue siendo un clamor la lucha contra la violencia que se ejerce contra las mujeres. La UNAM ha enfrentado diferentes expresiones de la violencia de género, pero nuestra institución ha tomado medidas para atender esta lacerante circunstancia, como la creación del Centro de Investigaciones en Estudios de Género y, recientemente, el Programa de Posgrado en Estudios de Género”.

En representación de las investigadoras, Mónica González Contró sostuvo: “Nuestro escenario es más favorable que el que vivió Juana de Asbaje, los avances son indiscutibles; sin embargo, no debemos cerrar los ojos ni bajar la guardia ante los numerosos retos que todavía tenemos. La pandemia nos enfrentó con nuevos desafíos. Además de las dolorosas pérdidas, puso al descubierto las profundas inequidades de nuestra sociedad, pero amenazan también lo conseguido con tanto esfuerzo por tantas generaciones de mujeres. Debemos poner lo mejor de nuestras capacidades para revertir esta situación”.

La investigadora enfatizó: “Nos debemos a las generaciones de niñas y jóvenes. Nuestras armas son las palabras en las aulas, la disciplina en el laboratorio, la perseverancia en la investigación, desde luego no basta con el trabajo de las mujeres, necesitamos hombres que desafíen lo establecido y sigan caminando con nosotras, que se cuestionen sobre su forma de ser y sus privilegios”.

Al tomar la palabra, Tamara Martínez Ruiz aplaudió el logro de las universitarias y de todas aquellas que cotidianamente rompen barreras para lograr sus metas. La coordinadora para la Igualdad de Género sostuvo que “las mujeres padecen dobles y triples jornadas de trabajo, con bajos salarios, lo cual les dificulta ascender porque se los impide el techo de cristal;  esta desigual estructural constituye sin duda violencia económica. No hay golpes, pero hay proyectos de vida truncados”.

Y subrayó: “Las universitarias no quieren renunciar, como lo hizo Sor Juana, a tener una familia o una vida plena, para lograr una carrera académica; quieren condiciones que les permitan desarrollarse”.

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