Empatía

Prevalece competencia despiadada e individualismo

Maestro en Filosofía explica a alumnos el objetivo de la Cátedra Nelson Mandela

Prevalece competencia despiadada e individualismo
Maestro en Filosofía explica a alumnos el objetivo de la Cátedra Nelson Mandela

En la actualidad se vive una cultura de la guerra, de competencia despiadada e individualismo, que afecta nuestra forma de vida y ha depredado los recursos naturales del planeta, lo que nos ha llevado a una situación crítica, afirmó el maestro en Filosofía Bruno Velázquez Delgado, coordinador de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes de la UNAM.

Para empezar su charla, realizada el 23 de enero y organizada por el departamento de Difusión Cultural del plantel, comentó que el propósito de la cátedra es difundir y dar a conocer los derechos humanos por medio de las expresiones artísticas, así como unir la práctica académica y cultural para el respeto de la dignidad y de los derechos educativos, civiles, económicos y ambientales.

Comentó sobre el uso del poder y aseveró que existen dos formas de aplicarlo. En primer lugar, de manera perversa, cuando se vincula el abuso y el acoso y es propio de sistemas de dominación y sometimiento por parte de una autoridad despótica. Asimismo, se apoya en la fuerza y el militarismo, por lo que es el poder de la guerra.

Por otra parte, el poder ejercido de una forma virtuosa recurre al diálogo, el conocimiento, la habilidad de la enseñanza y la disposición para el cuidado y la solidaridad.

Posteriormente, compartió algunos datos sobre la violación sistemática de los derechos humanos y de los efectos de la violencia en nuestro país.

Por ejemplo, se han registrado más de 300 mil muertes en la llamada” guerra contra el narco”, lo que se ha traducido en millones de personas afectadas y que ha dejado 40 mil niños huérfanos, a los que hay que sumar otros 140 mil huérfanos como consecuencia de la pandemia de Covid-19.

A las cifras anteriores se pueden agregar 100 mil desaparecidos, 11 feminicidios que se cometen cada día y 100 mil personas encarceladas aún sin recibir sentencia, muchas de ellas inocentes, lo que junto a los desplazamientos de poblaciones por la criminalidad y la separación de familias, nos lleva a un escenario complejo.

Parte de lo expuesto, dijo Velázquez Delgado, se debe a la discriminación que prevalece. Ante la pregunta: “¿por qué es fácil discriminar?”, aseveró que es un acto automático, pues así pensamos los seres humanos en tanto estamos acostumbrados a clasificar y seleccionar todo el tiempo.

Sobre los modos de discriminar, comentó que está el especismo, basado en un antropocentrismo que considera que la naturaleza solo existe para nuestro bienestar; el machismo y la misoginia; el racismo y el segregacionismo; el clasismo y la aporafobia (rechazo a la gente pobre); el adultocentrismo, la xenofobia y el chovinismo (discriminación por la nacionalidad), así como la homofobia y la transfobia.

Bruno Velázquez propuso aplicar la nosotreidad, pensar en el “nosotros” en vez del “yo”, actuar como parte de la comunidad y retomar principios como la solidaridad, la empatía y la protección de los derechos humanos y de las garantías individuales

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