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Ágora reivindica las matemáticas

Ayudan a mejorar las relaciones humanas

Ágora reivindica las matemáticas
Ayudan a mejorar las relaciones humanas

Los profesores deberían enseñar a los alumnos a apasionarse por el conocimiento, coincidieron Luz Arely Carrillo y Rosario Preisser, docentes del plantel Sur, y Nadia Huerta, de Vallejo, durante la cuarta sesión de análisis cinematográfico, que tuvo como tema la película Ágora, que narra la historia de Hypatia, una mujer que enseña matemáticas, astronomía y filosofía en el año 391.

Ello las hizo reflexionar en torno a la educación y a un antagonismo que persiste entre el amor al conocimiento y la irracionalidad del fanatismo, que da lugar a muchos males de las sociedades.

La profesora Luz Arely Carrillo abundó que además de que los docentes deben enseñar a los estudiantes a apasionarse, también deben hacer que éstos se sientan importantes, porque la mirada del maestro tiene un peso enorme en la construcción de la autoestima de las y los estudiantes.

“Si los maestros hacemos que se sientan capaces de emocionarse por las matemáticas, no de qué me van a servir en un futuro, sino ahorita, habremos avanzado. Yo no creo que las matemáticas tengan que ser divertidas o fáciles, nos sirven para ser mejores personas, para construir mejores relaciones humanas”, aseguró la docente con maestría en Matemáticas por la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.

Rosario Preisser, fundadora del plantel Sur, docente de Matemáticas, jubilada, licenciada y maestra en Matemáticas por la FC, coincidió en ello, y aseguró que la utilidad va con las cosas, pero “el conocimiento no funciona en ese sentido, nos nutre como personas, nos permite tener una relación diferente con los demás, con los animales, con la naturaleza”.

También destacó la capacidad del director de la cinta para plasmar dos tendencias que tenemos los seres humanos y que son antagónicas: el amor al conocimiento, a través de Hypatia, esa búsqueda de saber, el querer desentrañar los misterios del universo, del entorno e incluso de la sociedad, y la secta católica, con la irracionalidad del fanatismo que impide entender a los otros.

En su opinión, se pueden tener opiniones y creencias distintas, que pueden ser tan valiosas como las propias, y cuando se llega al fanatismo y a la intolerancia, se convierten en violencia y en destrucción.

“Da lugar al racismo, al sexismo y a muchos tipos de discriminación, como lo que se hace con nuestras culturas indígenas, la reflexión sería: cuál de estas dos tendencias queremos que predomine, porque hay mucho que recomponer”, consideró.

En su intervención, Nadia Huerta, egresada de la FC, con un máster en Física y Matemáticas por la Universidad de Granada, y profesora del plantel Vallejo, dijo que la escena que más le gustó fue cuando Hypatia se pregunta en voz alta si así no son las cosas, entonces cómo serán, “ese acto de pensamiento, de reflexión, de desentrañar los misterios de la naturaleza y del enorme placer por descubrir”.

El análisis de la película, moderado por la maestra Verónica Cisneros, llevó a una revisión histórica de la educación. Luz Arely recordó que quienes recibían el conocimiento eran las clases privilegiadas.

Nadia Huerta llamó la atención sobre cómo en el asunto de competir se pierde mucho, al grado de que en muchos ambientes lo que menos sabemos hacer es trabajar con otros o a favor de otros, sobre todo cuando eso daña nuestros propios intereses, “es triste y desafortunado porque habría muchas formas de avanzar juntos”.

También recordó que por mucho tiempo se consideró impuro que la mujer se dedicara a la ciencia, “era terriblemente satanizado, por eso el caso de Hypatia se recuerda, por ser uno de los pocos de los que se tiene constancia, de una mujer que le entró con todo para tratar de conocer y de aportar en la medida de lo posible, y es algo que se logra romper hasta hace muy poco. Parece que según las estadísticas, el Colegio ya recibe a más mujeres que varones, pues son quienes más aprueban los exámenes”. 

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