En esta época, la labor de divulgación de la ciencia está demostrando que juega un papel crítico, no solamente en el conocimiento de lo que ocurre, sino incluso en la supervivencia de todos, y tenemos esperanzas en instituciones sólidas como la Universidad, en la gente, en la cultura, en los jóvenes, aseguró el científico Antonio Lazcano Araujo, al dirigirse a los integrantes de los cuerpos directivos del Colegio de Ciencias y Humanidades.
“Nosotros podemos convertir a cada estudiante del CCH en un activista en contra de la infección, tener un efecto multiplicador y garantizar que cada uno de ellos, en casa, con sus amigos, replique una serie de medidas adecuadas, entre más información tengan, la sociedad entera saldrá ganando”, afirmó el investigador en la segunda sesión de trabajo del Curso-taller El Colegio frente a la nueva normalidad, con el tema Pandemia del Covid-19.
El también premio Universidad Nacional señaló que existe la falsa creencia de que los jóvenes no se contagian del virus SARS-CoV-2, por lo que es importante que reconozcan los riesgos a los que están expuestos y se acerquen a fuentes científicas y sus estudios.
“Tenemos casos de jóvenes de 15, 16, 17 y 18 años que enferman con gravedad. Lo tienen que saber, no para alarmarlos, sino para que se percaten de que nadie está a salvo de la enfermedad ni de convertirse en un agente infeccioso, es importante decirlo”.
En ese sentido, se pronunció porque los profesores sean modelo ante sus estudiantes, tenemos una posibilidad extraordinaria de dar el ejemplo a los alumnos y que ellos lo multipliquen; “el cubrebocas es como el condón, un mecanismo físico que impide la dispersión de un virus, a ninguno de nosotros se nos ocurriría decir que no lo usen, porque sabemos las ventajas para la salud individual y colectiva, lo mismo pasa con el cubrebocas”.
El divulgador de la ciencia reconoció su cercanía al Colegio de manera intelectual y emotiva, y con el deseo de algún día poder impartir clases en el CCH; además, describió durante su presentación el compuesto biológico del virus, su origen y las acciones que han emprendido en su laboratorio, junto a otros especialistas en la búsqueda del posible tratamiento que contrarreste sus efectos.
“Hoy lo conocemos con un detalle enorme, es asombroso como en ocho meses hemos profundizado extraordinariamente en su estructura, biología y la manera de evolucionar; es un virus que tiene una envoltura de lípidos que roba de las membranas de las células de las personas infectadas; su genoma es de ácido ribonucleico (ARN)”, concluyó.
