emociones

No hay emociones buenas o malas

Hay que aprender a identificarlas

No hay emociones buenas o malas
Hay que aprender a identificarlas

Como parte de las actividades de Verano a distancia, organizado por Universum, se llevó a cabo la plática ¿Cómo manejar tus emociones en tiempos de pandemia? A cargo de Jesús Ramírez Bermúdez, quien habló ampliamente de las emociones que nos caracterizan, cómo se manifiestan, cómo las identificamos y las repercusiones del confinamiento en ellas.

¿Hay emociones buenas o malas? Cito el libro Ironías, contingencia y solidaridad, de Richard Rorty, quien dijo que la única emoción mala es la crueldad, nunca tiene justificación, creo que las emociones dependen del contexto, tener ira o enojo no es forzosamente malo, puede ser bueno y necesario, por ejemplo, cuando estamos ante una injusticia, como los feminicidios.

El  neurosiquiatra explicó que a veces sentimos que la desesperanza o la tristeza nos sobrepasan, pero de repente encontramos algo que nos permite salir de esa emoción, llámese un programa favorito o leer un libro.  “Cada quien tiene sus propios recursos para lidiar con la situación, pero si a pesar de esto continua el pesar, podría ser una bandera roja y sería bueno consultar a un profesional”.

“Un método indispensable es aprender a nombrarlas, analizar las claves que te llevan a cierta conducta, porque cuando la emoción nos rebasa, hay que identificar su historia, que pasó antes que nos desbordara, eso nos hará más dueños de esos sentimientos, debemos meter un freno, no podemos ser complacientes con las emociones destructivas”.

Las artes ayudan mucho, pero no todos se sienten cerca de ellas, hay otras formas como el deporte, la meditación o yoga, que también funcionan para emociones aflictivas como el dolor y la angustia”. 

Actualmente ocurren transformaciones en todos los individuos, señaló el escritor, vivimos un cambio cultural que tiene que ver con la duración de esto, que ha sido intenso y global, es posible que haya un reacomodo en algunos valores sociales, se puede reforzar la cultura del miedo, “pero yo esperaría que mejor viviéramos una cultura del cuidado”.

 

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