Estos periodos regulan varias funciones como el sueño, el ritmo cardiaco y metabolismo, entre otras

Conoce tu reloj biológico interno

Estos periodos regulan varias funciones como el sueño, el ritmo cardiaco y metabolismo, entre otras

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Estos periodos regulan varias funciones como el sueño, el ritmo cardiaco y metabolismo, entre otras

La vida en la Tierra está adaptada a la rotación del planeta. Los seres vivos, incluyendo a los humanos, responden a un reloj biológico interno que ayuda a adaptar y sincronizar los ritmos biológicos en ciclos de 24 horas.

A estos ciclos se les conoce como ciclos circadianos, del latín circa (aproximadamente) y diem (día).

El origen de los ciclos circadianos está profundamente arraigado en la evolución y en la necesidad de los organismos de sincronizarse con los cambios ambientales.

En los seres humanos, estos ciclos regulan funciones críticas como el comportamiento, los niveles de hormonas, el sueño, el ritmo cardiaco, la presión arterial, la temperatura del cuerpo y el metabolismo.

Los ciclos circadianos son fundamentales para la vida por varias razones. La primera es por la regulación del sueño y la vigilia, ya que es crucial para la salud física y mental, la función cognitiva y el rendimiento laboral.

También es importante por la regulación del metabolismo. Los ritmos circadianos influyen en la producción de hormonas relacionadas con el metabolismo, como la insulina, que regula los niveles de glucosa en sangre, y el cortisol, que está involucrado en la respuesta al estrés.

Los ciclos circadianos también influyen en la función del sistema inmunológico, afectando la respuesta del cuerpo a las infecciones y la capacidad de recuperación.

Asimismo, afectan el rendimiento cognitivo, la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Un sueño adecuado y la sincronización de las actividades con los ritmos circadianos pueden mejorar la función cognitiva y el rendimiento académico y laboral.

Por último, los ciclos circadianos permiten que los organismos vivos se sincronicen con los cambios ambientales, como la luz y la oscuridad, la temperatura y la disponibilidad de alimentos. Esta sincronización es crucial para la supervivencia y el éxito reproductivo.

En resumen, los ciclos circadianos son esenciales para regular una amplia gama de funciones biológicas en los organismos vivos, desde la regulación del sueño y el metabolismo hasta la función inmunológica y cognitiva.

Mantener un ritmo circadiano adecuado es crucial para la salud y el bienestar en general.

El estudio moderno de los ciclos circadianos comenzó en la década de 1960, pero la existencia de estos ritmos se reconoció mucho antes en la historia de la biología.

A lo largo de la evolución, los organismos desarrollaron sistemas internos de relojes biológicos para adaptarse a las variaciones diarias en el entorno, como la luz y la oscuridad, la temperatura y la disponibilidad de alimentos.

En los seres humanos, el núcleo del control de los ciclos circadianos se encuentra en el hipotálamo del cerebro y está influenciado por señales externas como la luz solar.

La desincronización de los ciclos circadianos, por ejemplo, debido al cambio de zona horaria o al trabajo por turnos nocturnos, puede tener efectos negativos en la salud y el bienestar, ya que puede afectar el sueño, el estado de ánimo, el rendimiento cognitivo y otros aspectos de la función fisiológica.

Algunas formas de cuidar y mantener los ciclos circadianos están vinculadas a la exposición a la luz. La luz natural durante el día es crucial para regular el ritmo circadiano.

Pasar tiempo al aire libre durante el día, en especial en las primeras horas de la mañana, ayuda a sincronizar el reloj biológico y promueve la vigilia durante el día.

Otra forma de mantenerlos ciclos es con la reducción de la exposición a la luz artificial en la noche.

La exposición a la luz artificial, en específico, aquella que es emitida por dispositivos electrónicos (teléfonos, tabletas y computadoras) puede interferir con el ritmo circadiano y dificultar el sueño.

Aunado a ello, mantener una rutina de sueño constante ayuda a entrenar el cuerpo para que se duerma y se despierte en momentos predecibles, lo que puede mejorar la calidad del sueño y mantener el ritmo circadiano estable.

También es importante crear un ambiente propicio para dormir oscuro, fresco y tranquilo, favorecerá a la calidad de sueño; además, evitar siestas largas, pues si bien una siesta corta durante el día puede ser beneficiosa, las siestas prolongadas o muy tarde en el día pueden interferir con la capacidad para conciliar el sueño por la noche y afectar los ciclos circadianos.

Por último, el ejercicio físico practicado de manera regular, junto con una dieta equilibrada y una adecuada gestión del estrés, son importantes para mantener un ritmo circadiano saludable.

Al mantener un estilo de vida saludable se posibilita el cuidado de los ciclos circadianos, lo que puede mejorar en la calidad de sueño y del bienestar general.

 

Referencias de consulta:

Garduño-Sánchez, B. (2019). Salud, estilo de vida y el ciclo circadiano. Disponible en: https://www.c3.unam.mx/noticias/noticia80.html

Gómez, F. y  Chiesa, J. J. (2018). Los ritmos biológicos y su importancia en la medicina del sueño.

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