En un ambiente emotivo y festivo se llevó a cabo la ceremonia de egreso del plantel Naucalpan. Entre vivas, números musicales y mensajes de despedida de maestros y alumnos, se cerró un ciclo inolvidable para la generación 2019.
Durante su discurso de despedida, Benjamín Barajas Sánchez, director general del Colegio de Ciencias y Humanidades, expresó a los alumnos que concluir su bachillerato fue un gran logro. "El CCH es un espacio de creatividad, de reflexión y de inteligencia, que proyecta su energía, sus valores y sus conocimientos a los jóvenes, quienes durante toda su vida lo habrán de recordar porque el Colegio es para ustedes la apertura al mundo, el crecimiento emocional. El actual momento histórico nos ha obligado al confinamiento, la pandemia nos ha privado del contacto de nuestras amistades, pero hemos aprendido a valorar a la familia, esta crisis nos ha hecho resilientes y gracias a ella descubrimos nuestras fortalezas y ustedes han demostrado que pueden aceptar los retos y superarlos, con alegría, esfuerzo y creatividad".
En su turno, Keshava Quintanar Cano, director de plantel, expresó: "Estamos muy contentos de compartir este momento extraordinario con una generación heroica, honorable, resiliente y maravillosa, alumnos extraordinarios que sacaron la casta, saludo también a los padres de familia que los apoyaron. Qué decir de nuestros profesores que también son heroicos, honorables y resilientes, que dieron muestra del compromiso y tenacidad que poseen, por la labor que realizaron a través de diversos programas y plataformas para apoyar a los estudiantes y ponerlos en el centro".
Resaltó que esta generación rompió todos los esquemas, se mantuvo a flote y se va a quedar en la historia de la institución, "el 76 por ciento concluyó sus estudios en tres años, es una generación de oro en el 50 aniversario del Colegio".
Andrea Herrera, alumna egresada, en su mensaje de despedida a sus compañeros, señaló que durante este tiempo no sólo aprendieron acerca de las funciones trigonométricas o del imperativo categórico de Kant, "también aprendimos sobre la amistad, la identidad, la responsabilidad, la admiración e incluso sobre las desilusiones, muchas de las lecciones han sido entre carcajadas y unas cuantas lágrimas. No importa cómo haya sido, estamos en un constante proceso para convertirnos en mejores seres humanos, porque como alguna vez dijo Benito Taibo, no sirve de nada tener buenos historiadores o arquitectos, si no somos buenas personas".