Nosotros íbamos a cambiar el mundo es un monólogo futurista protagonizado por Luis Eduardo Yee, quien da vida a dos personajes seleccionados por el gobierno de Estados Unidos para viajar en el tiempo.
Escrita por José Emilio Hernández y dirigida por David Jiménez Sánchez, la obra se desarrolla en un contexto distópico en el que lo personal y lo colectivo se entrelazan en un intento por entender el presente.
La propuesta escénica combina ciencia ficción con humor mexicano y una historia de amor que, aunque romántica, no teme acercarse a lo cursi, pues, como afirma el dramaturgo, “lo amoroso siempre debe contener ingenuidad e idealismo”.
La trama presenta una relación entre Luis Eduardo y María, en medio de un escenario postapocalíptico provocado por una organización gubernamental extranjera que aceleró el fin del mundo.
La ficción se entrelaza con la historia del arte, la memoria y las catástrofes, creando un montaje que reflexiona sobre el sentido de la vida y los inevitables finales.
Jiménez Sánchez explicó que para dar coherencia al relato crearon una escenografía funcional, sin parafernalia: “El momento en que ocurre un viaje al futuro sucede sin grandes aspavientos”. Señaló que el humor, con un estilo muy mexicano, fue clave en la construcción del tono: “El resultado se volvió sumamente personal”.
Por su parte, Hernández destacó la coincidencia entre la ficción planteada y algunas declaraciones reales del presidente estadounidense: “No imaginamos que pudiera parecer tan cercana a la realidad. Lo bueno es que sólo se trata de una coincidencia”. Añadió que el humor es vital para lograr complicidad con el público y generar reflexión.
“Es una propuesta sencilla, accesible, en la que se proporcionan claves al espectador mediante objetos referenciales del género que fueron utilizados en otras obras universitarias”.
Las funciones continuarán hasta el 8 de junio en el Teatro Santa Catarina, jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 horas y domingos a las 18:00 horas.