Uno de los problemas más recurrentes cuando se presenta un caso de violencia de género entre la comunidad estudiantil, con base en la experiencia como Persona Orientadora Comunitaria (POC) en el plantel Sur, se asocia a diferentes circunstancias y mitos que surgen entorno a la idea del amor romántico y la construcción de relaciones sexoafectivas entre las y los adolescentes.
Por ello, resulta importante reflexionar sobre este tema a favor de la prevención de la violencia de género y construir relaciones saludables e igualitarias en la comunidad escolar.
El amor romántico incluye conexiones profundas entre dos personas a través de sentimientos de afecto, admiración, deseo y compromiso.
Este tipo de amor coloquialmente se caracteriza por acciones románticas, expresiones de cariño y la búsqueda de una relación íntima y duradera; asimismo, puede traer desafíos, por ejemplo, expectativas poco realistas hacia la pareja, dependencia emocional excesiva y probables conflictos cuando dichas expectativas no se cumplen.
Aunado a ello, este tipo de amor genera idealizaciones difíciles de mantener, por lo que es fundamental romper este paradigma para disminuir estas dinámicas y generar relaciones saludables y realistas.
Falsas ideas
Alrededor del amor romántico existen algunos mitos comunes asociados a este, entre los que se encuentran ideas como que “el amor lo supera” y “lo puede todo”, es decir, que el amor puede superar cualquier desafío, lo cual no siempre es real.
Otro mito es el de “la media naranja”, donde persiste la idea de que existe una única persona destinada para cada uno, lo cual puede limitar la comprensión de las relaciones sexoafectivas.
Además, está el mito de que los celos son una muestra de amor, que trae consigo la idea de que son una expresión normal del amor, lo cual puede ser dañino y contribuir a relaciones posesivas y controladoras.
Otro mito es que el amor conlleva sacrificios, esta noción se basa en que el verdadero amor implica dejar de lado las propias necesidades y puede ser perjudicial para la salud emocional.
Reconocer y cuestionar estos mitos contribuye a construir relaciones sexoafectivas más realistas y saludables, pues el amor romántico puede estar asociado con diversas formas de violencia, como la emocional, psicológica o incluso física, debido a la presión para cumplir con ideales románticos que dan lugar a acciones violentas.
También las expectativas poco realistas pueden generar conflictos y, en algunos casos extremos, llevar a comportamientos abusivos y violentos.
En este tipo de relaciones sexoafectivas existen modelos de comportamiento perjudiciales y nocivos que pueden incluir manipulación emocional, control excesivo, faltas de respeto, críticas constantes e incluso violencia física o verbal.
Lo anterior trae como resultado que las personas puedan sentirse atrapadas, ansiosas o afectadas tanto en la salud mental como emocional. Por ello, es fundamental reconocer estos signos y buscar ayuda para establecer límites y construir relaciones más saludables.
Relaciones sanas
Para generar relaciones sexoafectivas saludables, es fundamental que entre la pareja exista comunicación abierta, que permita expresar deseos, necesidades y expectativas, así como el respeto mutuo donde se valoren las opiniones y decisiones del otro.
Asimismo, establecer límites claros y respetarlos a través de la empatía y el consentimiento, con el fin de entender y reconocer las emociones de la pareja, asegurándose de que las interacciones sean consensadas y respetuosas, con independencia.
La prevención de la violencia de género en las relaciones amorosas implica llevar a cabo acciones a nivel individual, comunitario y social.
Desde el ámbito educativo es necesario continuar con la promoción de programas educativos que fomenten la igualdad de género y la conciencia sobre la violencia, por ejemplo, la asignatura de Igualdad de Género con la que cuenta el Colegio.
Asimismo, es importante concientizar a la comunidad del CCH en la sensibilización de los signos de violencia de género y sus consecuencias.
Del mismo modo, debe continuar el apoyo a víctimas a través de la orientación de primer contacto y el cumplimiento de la legislación universitaria para sancionar y erradicar la violencia de género en la comunidad del Colegio. Para ello, es crucial fomentar la participación de la comunidad en la prevención de la violencia de género, pues la prevención eficaz requiere de la colaboración de todas y todos.