Gabriela Ramírez Gutiérrez y Natalia Rábago Ramírez son madre e hija, ambas egresadas del plantel Sur del CCH. La primera, de la generación 1984; Natalia, de 2016.
Luego de concluir el bachillerato, Gabriela estudió periodismo y hoy desarrolla proyectos de entretenimiento masivo en el ámbito educativo. Natalia planea estudiar diseño automotriz.
Gabriela cuenta que su hermano, seis años mayor, es egresado del plantel Naucalpan, así que fue por él y por otras amigas que decidió ingresar al plantel Sur. “Entre jóvenes se corría el rumor de cuáles eran los mejores planteles, ésa fue la manera en que tuve referencia del CCH”, comenta.
Al recordar su paso en el plantel, menciona que una de las mejores experiencias es que “a nivel académico, la formación es plural en todos sentidos. Mis materias favoritas eran estética, psicología y redacción. A nivel personal, mis grandes amigos los hice en el CCH, y uno de mis maestros de primer semestre se convirtió en un gran amigo. Con él he tenido la oportunidad de participar en varios proyectos profesionales”.
Y agrega: “El CCH me dejó un gran mensaje de solidaridad, hermandad, compromiso y de entrega. Nuestra generación logró hacer carrera profesional poniendo el mejor empeño y honrando la filosofía del Colegio: aprender a aprender, a hacer y a ser. Por eso, lo que se aprende en el CCH, más allá de lo académico, es una experiencia de vida que se lleva en el corazón por siempre”.
La historia de su hija es diferente, pero expresa el mismo cariño y agradecimiento hacia su plantel. Natalia ingresó al plantel Sur “por suerte”. En realidad no había sido su primera opción en el examen de admisión, pero está muy agradecida de haberse quedado en él porque vivió grandes momentos. “El plantel Sur ha sido de las mejores experiencias de mi vida”, afirma.
Las materias favoritas de Natalia fueron Filosofía, Expresión gráfica y, al igual que su mamá, Psicología.
Sobre los aprendizajes que le dejó el plantel Sur menciona: “Fueron enseñanzas para la vida. Principalmente, a ser autosuficiente, autodidacta y muchísimo más empática con los demás, porque en el CCH se conoce a personas de todo tipo”.
A 50 años de la fundación del CCH, Gabriela felicita “a todas las personas que integran la institución, que día a día tienen la voluntad de hacer de las y los jóvenes mejores seres humanos”. Por su parte, Natalia dice: “Más que un mensaje de felicitación, yo quiero expresar uno de agradecimiento. Espero que sean 100, 150, 200 años más de ese precioso plantel”.
Gabriela es contundente cuando piensa que pisó las mismas aulas que Natalia: “Una vez que eres cecehachera, lo eres de corazón toda la vida. Saber que mi hija fue parte de la comunidad del plantel Sur me generó una gran alegría, pues pensé que iba a tener la oportunidad de descubrirse a sí misma a través de todo lo que ofrece el CCH. El Colegio es, sin lugar a dudas, una casa abierta y plural para las y los jóvenes”, concluyó.
El CCH te enseña a ser autosuficiente, autodidacta y muchísimo más empática con los demás.”
Natalia Rábago
Plantel SUR