Calaveritas literarias

Calaveritas literarias

Profesores y alumnos comparten calaveritas, epitafios y anécdotas

Calaveritas literarias
Profesores y alumnos comparten calaveritas, epitafios y anécdotas

Con motivo de los festejos del Día de Muertos, en el plantel Oriente se realizó, de manera presencial, una lectura en voz alta para crear una calaverita literaria, a cargo del jefe de Difusión Cultural local, Omar Sánchez Sierra, y de los profesores del área de Talleres de Lenguaje y Comunicación, Liliana Álvarez Zapata y Miguel Ángel Landeros Bobadilla, quienes explicaron las características de este tipo de textos, sus elementos cómicos y las rimas.

Landeros también encabezó una lectura de poemas, en cuyo marco aseveró que el Día de Muertos es, básicamente, “un rito social contra el olvido”, pues a través de esta tradición se recuerda a los fallecidos y cada elemento consiste en un ritual de la memoria: colocar la foto del difunto, poner el altar, encender las veladoras, escribir calaveritas y, por supuesto, rememorar las anécdotas de los que se nos adelantaron en el camino.

Un ejemplo de lo anterior, aseveró, son los epitafios, esa frase o inscripción que se anota en las lápidas de las tumbas para honrar al ser querido, que representan la forma de pensar o vivir del fallecido y forman parte de las estrategias para evitar el anonimato mediante pensamientos, versos, fragmentos de canciones y reflexiones para dejar un testimonio de la existencia terrenal.

A ello se suman las características físicas de la tumba, la cual puede ser pequeña o grande, humilde o elegante, tiene una carga simbólica para transmitir un mensaje y, por ende, capacidad de perpetuar el recuerdo.

Luego citó algunos epitafios, por ejemplo, “Es más digno que los hombres aprendan a morir que a matar”, del filósofo romano Séneca; “Si no viví más, es porque no me dio tiempo”, que dajara escrito el Marqués de Sade; mientras que en la tumba del cantante norteamericano Frank Sinatra se lee: “Lo mejor está por llegar”.

El cómico mexicano Cantinflas nos legó la frase: “Parece que me he ido, pero no es cierto”, y el político inglés Winston Churchill  “Estoy listo para encontrarme con mi creador. Si mi creador no está listo para encontrarse conmigo, es otra cosa”.

También hay muertos anónimos que dejaron joyas, como la mujer que siempre estaba dieta y dejó escrito “Por fin quedé en los huesos”.

Al final, los asistentes leyeron sus calaveritas, entre ellas la del alumno Ricardo Romero Camacho, del grupo 378, que estuvo dedicada a las víctimas del accidente de la Línea 12 del Metro, que reza así:

Línea 12

Estaba la muerte cansada caminando por la ciudad, / a falta de transporte, / al Metro tuvo que llegar, / al estar sentada, notó algo particular / todos gritaban y fue cuando ella se llevó / a muchas personas de este mundo terrenal.

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