La exposición fotográfica “Capturando recuerdos” es el producto de la fusión del arte, la nostalgia, emociones y belleza que representan una ventana a los momentos más preciados del pasado, señaló Fernando Velázquez Gallo, quien imparte un Taller de Fotografía a 19 alumnos del plantel Naucalpan.
En entrevista, el fotógrafo señaló que en cada imagen de esta exposición, la séptima instalada en la biblioteca, se buscó expresar las representaciones poéticas de lo que alguna vez fue y quedó grabado en la memoria visual, por lo que invitó a los estudiantes y egresados a “revivir momentos de la historia en el plantel Naucalpan”.
La muestra consiste en más de 30 fotografías a color y en blanco y negro, las cuales contienen imágenes de miradas, capturas de rostros alegres y de la naturaleza como árboles y flores; también se pueden ver las instalaciones de la biblioteca y del plantel, así como fauna: un perro, un pájaro, un caracol y una abeja.
Sin embargo, el profesor resaltó que en esta edición se presentó una nueva propuesta: fotografías de emulaciones de portadas de acetatos LP, es decir, la recreación de álbumes de música “que a los chicos les gusta. Se retomaron (las portadas) para hacer nuestra propia versión”.
Sobre la técnica, comentó que “no es copia, pues se necesitó de la habilidad de la iluminación, se colaboró con personas de la misma escuela, entre ellas un trabajador para modelar y todos trabajaron en equipo”.
Asimismo, destacó que este trabajo contó con otro nivel, pues si bien las imágenes son la percepción del fotógrafo y del estilo que quiere resaltar, “aquí versionamos lo que ya está hecho y esta exploración rompe los límites”.
De estudiante a maestro
Sobre cómo se inició en este arte, Velázquez Gallo reveló que se formó en la fotografía de manera autodidacta. Cuando era estudiante del plantel Naucalpan, un trabajador del área de Audiovisuales, que se encargaba de la fotografía, fue quien le enseñó. Después tomó algunos cursos de Cannon, Nikon y en otros espacios para profesionalizarse como fotógrafo.
Con estos conocimientos, el maestro describió la diferencia de utilizar una cámara réflex, la cual permite trabajar la velocidad y el diafragma, y donde el fotógrafo comparte lo que concibió antes de tomar la foto.
Señaló que también se utilizan otras herramientas para obtener mejores imágenes, como el tubo extensor que permite acercarse para lograr mayores definiciones.
Ver la fotografía
En cuanto al proyecto, Fernando Velázquez Gallo explicó que la exposición está integrada por trabajos de los grupos de Foto I y III: “Empezamos desde la pandemia, impartimos el curso en línea y utilizábamos celular, pues la mayoría de mis alumnos no cuentan con una cámara réflex, entonces se tuvieron que adaptar al taller”.
Cuando terminó el confinamiento, varios alumnos siguieron en el taller, el cual está por cumplir 10 años: “cada grupo y nueva generación es otro reto, pero también una nueva forma de cómo los jóvenes entienden la fotografía. Si hace diez años les llamaba la atención utilizar una cámara réflex, hoy también, pero ahora tienen otras ideas, son chicos digitales que todo el tiempo utilizan la cámara del celular”.
Sobre cómo se comunica con la imagen, comentó que “es distinto lo que se enseña, porque de alguna forma ya saben componer (…) Hoy, en la comunicación, el que realiza el mensaje tiene que producir todo y lograr la atención del receptor, tiene que estar mejor capacitado. Lo que busca el taller es que aprendan a comunicar visualmente más allá de la simple imagen”.
En ese sentido, el profesor expuso que la finalidad del taller es que los jóvenes aprendan a observar, a ser capaces de utilizar una cámara réflex, porque muchos que desean estudiar una carrera como Diseño, Artes o Arquitectura, “les va a servir mucho”.
Sin embargo, destacó que en la actualidad muchas carreras “usan la imagen, entonces a todos les va a ser útil; como para un trabajo de sus materias estarán capacitados para realizar una imagen de calidad”.
No es sólo apretar un botón
Respecto a esta experiencia, Erika Valeska, alumna de sexto semestre, invitó a un compañero a posar en una imagen de claroscuros: “Tengo una tía que es fotógrafa y creí que sólo se trataba de oprimir el botón, pero cuando cursé el taller en línea me di cuenta que no era sí”.
Asimismo, comentó que fotografiar es una manera de liberar tensiones de una manera positiva, pues a muchos estudiantes que cursaron el taller en línea no se les permitía salir, por lo que esta actividad hacía más llevadero el encierro.
Por último, la alumna dijo que esta exposición representa un trabajo final, en el cual todos participaron: “La idea fue reunir a toda la comunidad y que invitaran a sus papás y amigos. Fue una experiencia nueva, porque aparte de exponer, montamos, fue algo muy formativo”, concluyó.
