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El Príncipe de Egipto

La historia es nutrida y el efecto 2D genera mucha expresividad

El Príncipe de Egipto
La historia es nutrida y el efecto 2D genera mucha expresividad

El auge del cine bíblico sucedió hace muchos años. Los diez mandamientos, Barrabás o Ben-Hur son una serie de películas sui generis que retoman elementos del cine épico.

Para muchos espectadores, el cine bíblico es un sinónimo de adoctrinamiento y religión; sin embargo, muchas veces funciona más como una adaptación cinematográfica que como propaganda.

De pluma personal intento apreciar las grandes producciones como productos de su época y deslindándolas de ideologías, teniendo la oportunidad de encontrar grandes obras del séptimo arte.

Un ejemplo de ello, que se ha consolidado como una de las mejores películas de animación, es El Príncipe de Egipto, filme de 1998 que hereda la pronto olvidada técnica de animación híbrida 2D/3D, la cual nació mientras se explotaba la popularidad del 3D que concibió Pixar a inicios del milenio.

La película se muestra respetuosa frente a la historia del Éxodo, sin embargo, crea sus reglas y realiza los cambios para no sólo adaptar la historia, sino nutrirla.

El cambio más grande es que Moisés y Ramsés se presentan como hermanos, ambos personajes profundizan su relación fraternal y los objetivos que los separan.

Por el lado de Ramsés, se obsesiona con la educación que le entregaron sus padres, la responsabilidad de continuar con su dinastía y no ser el eslabón débil de la familia.

En tanto, al enterarse de su verdadero origen, Moisés halla su destino con un llamado a la aventura por parte del mismo Dios. Él se da cuenta que la única forma de redimirse es terminando con las injusticias para el pueblo hebreo.

Esta relación de hermanos y planteamientos iniciales alcanzan su punto de inflexión y más alto en el momento de la confrontación. Lastiman a Egipto durante su pelea y a sí mismos; es hasta la muerte del primogénito de Ramsés donde ambos saben que han llegado demasiado lejos.

Toda esta complejidad en los personajes es bien transmitida con el trabajo de animación, utilizando fondos 3D para crear paisajes y arquitecturas impresionantes.

Con la animación 2D de los personajes se crea mucha expresividad en todos, desde los esclavos y su sufrimiento, hasta las emociones de los personajes principales; la tristeza, decepción, ira y venganza aparecen en Ramsés en una escena de no más de 10 segundos.

El Príncipe de Egipto es una de las películas de animación mejor hechas de la historia, dejando de lado cualquier idea religiosa.

El viaje de Moisés de su pérdida de identidad hasta alcanzar la gloria como libertador de los hebreos contrasta con el viaje de Ramsés, quien era la luz de Egipto a termina sin pueblo.

Tal vez la parte más triste de la historia de Ramsés es que nunca entendió los motivos de Moisés y solo murió creyendo que fue el “eslabón débil”.

Dudas y sugerencias a: luis@cchfilmfest.com

 

El dato

La película contó con el trabajo de 350 artistas, de 34 nacionalidades diferentes.

Ganó en su momento el Premio Oscar por Mejor Canción Original.

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