Irma García Altamirano

Irma García Altamirano, maestra de Biología

La interacción con los estudiantes ha sido la parte más satisfactoria

Irma García Altamirano, maestra de Biología
La interacción con los estudiantes ha sido la parte más satisfactoria

“Es un honor haber recibido la Presea Sor Juana Inés de la Cruz, me siento muy contenta porque es un reconocimiento a un trabajo que ha sido arduo. También me siento comprometida porque en estos tiempos luchamos por tener igualdad de género, como lo hizo nuestra Décima musa, ella enfrentó muchos obstáculos para poder estudiar”, expresó Irma García Altamirano.

En entrevista, la profesora del plantel Vallejo, quien fue galardonada con el mencionado reconocimiento, consideró que se ha avanzado en materia de equidad de género: “muchas mujeres tenemos la oportunidad de estudiar, pero todavía hay cosas que sortear para lograr la igualdad”.

“Es un compromiso en las aulas que he asumido con mis alumnos, siempre resaltar cómo sobresalen las mujeres en las escuelas, porque son más dedicadas, cuidadosas al realizar sus tareas y quizás tengan menos problemas para concentrarse”, dijo.

Asimismo, la docente agregó que la igualdad aún es un reto, sobre todo en el área de la ciencia: “hay que motivarlas para que continúen en estas disciplinas, porque siguen interesadas en estudiar en áreas sociales”.

“Afortunadamente, se puede decir que en la ciencia de la biología sí hay una equidad entre quienes la cursan, porque a principios de 1929, cuando el Instituto de Biología se encontraba en la Casa del Lago, la mayoría de los investigadores eran hombres y ahí se destacó la maestra Elia Bravo, quien fue la primera botánica de México en la UNAM”.

 

Vocación de enseñar

García Altamirano es del área de Ciencias Experimentales, está por cumplir 20 años de labor en el Colegio y desde que ingresó como docente ha impartido las asignaturas Biología I a IV. Estudió la licenciatura en Biología en la Facultad de Ciencias, tiene una maestría en Ciencias en Enseñanza e Historia de la Biología.

La especialista compartió que su interés por la Biología nació cuando cursaba la secundaria: “el contacto con el microscopio, las imágenes que podíamos observar, fue motivante y sorprendente. Después, una amiga, cuya hermana era bióloga, nos invitó a la Facultad, su trabajo era cultivo de peces, fue una experiencia llamativa para mí. En preparatoria tuve excelentes profesores, lo cual fue determinante para elegir esta carrera”.

La bióloga platicó que cuando realizaba la maestría conoció a profesoras del CCH: “mi intención fue dedicarme a la docencia. Amo mi trabajo, nuestras aulas están diseñadas para trabajar en equipo, muchas habilidades se desarrollan en el proceso, es la parte medular del Colegio, aparte del conocimiento”.

La profesora recordó su participación en asesorías para los estudiantes que han concursado en Feria de las Ciencias y en el Encuentro Juvenil, que forma parte del Programa Jóvenes hacia la Investigación.

“Hemos tenido buenos resultados, a los chicos les agrada, han realizado buenos trabajos de investigación, experimental o documental, en varias ocasiones han sido finalistas y son experiencias muy bonitas”, indicó.

Sobre su mayor alegría como docente, dijo que “ha sido la interacción con los estudiantes, es algo complejo, pero justo ahí tenemos que resaltar nuestras habilidades como maestros, para la organización de los grupos, hablar con ellos en un nivel que nos podamos comprender, tener empatía cuando trabajamos”.

“Para mí es emocionante que cada ciclo escolar son nuevos alumnos, la mayoría de los profesores coincidimos en que después de la pandemia fue como un reinicio. Llegaron muy tranquilos al principio, pero también con muchas deficiencias, sin embargo, tienen gran capacidad de adaptarse a nuevas condiciones, ahorita ya están totalmente desenvueltos”, aseguró.

 

Retos ante la pandemia

En cuanto a los retos que enfrentó durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, la galardonada narró que esta situación la tomó por sorpresa, sin embargo, “el Colegio actuó rápido en prepararnos, habilitó plataformas como Teams, utilizamos simuladores e hicimos prácticas de laboratorio caseras”.

“La mayoría nos adaptamos, yo tenía ciertos conocimientos de computación, afortunadamente siempre he tratado de actualizarme, se vivieron momentos muy duros por las pérdidas humanas. Como bióloga fue un shock, los expertos daban información no muy clara, todo era nuevo y no se sabía”, señaló.

“Nos enfrentamos a una cuestión en la que se pusieron a prueba muchos aspectos tecnológicos, al principio se decía que la vacuna iba a tardar diez años. Por fortuna, se pusieron a prueba todos esos procesos y la vacuna salió muy rápido”, finalizó.

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