“El sexo está en el corazón de la evolución, el proceso de mezclar y transmitir genes produce la variación que permite a las especies enfrentar el reto de la vida en un mundo competitivo”, así lo destacó el documental Sexo y genes, trabajo dirigido por Noel Buckner y Robert Whittles y que se proyectó como parte del ciclo “Nuestra nueva realidad”, que organiza Fundación UNAM junto con el Consorcio Universidades por la Ciencia y el Colegio Nacional.
“Desde la perspectiva de la evolución, el sexo es más importante que la vida misma (…) Es nuestra inmortalidad lo que nos conecta con los humanos del futuro y con nuestros ancestros del pasado, lo que nos conecta con los ancestros que fueron peces, los que fueron protozoarios y bacterias. Es el hilo que conecta a toda la vida del planeta”, se señaló en el material audiovisual que se presentó por TV UNAM.
Los documentales responden al tema del Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible, propuesto por la ONU y la Unesco, lo que ha abierto un área interesante de colaboración internacional por la importancia de la ciencia básica para el desarrollo de los países, incluso es un elemento de transformación junto con el desarrollo tecnológico, explicó Dionisio Meade, presidente de Fundación UNAM.
Perspectiva de Darwin
Al participar en la mesa de expertos que acompaña la proyección audiovisual, Constantino de Jesús Macías, del Instituto de Ecología de esta casa de estudios, indicó que la sexualidad seguirá siendo la fuente primordial de diversidad biológica para la gran mayoría de las especies de organismos de más de una célula en el planeta. De hecho, Darwin fue el primero en destacar la importancia evolutiva del sexo.
Comentó que Darwin propuso la teoría de la selección sexual, una forma específica de la selección natural que opera solo en términos de la obtención de apareamientos y fecundaciones para producir críos, pero está en la misma lógica de la selección natural.
El también director de la sede UNAM Canadá explicó que la mayoría de las especies y organismos con más de una célula son sexuales, pero hay excepciones: “hay formas parecidas a la sexualidad en bacterias, pero no es crucial ni lo más importante; lo que lo hace importante es que el entorno biológico está evolucionando y lo hace a diferentes velocidades”.
Además, comentó que el sexo reproduce estas diferencias y nos confiere un beneficio en un mundo en el que estamos interactuando con especies que evolucionan: “el mundo no es estático, si fuera estático no habría ventajas de la sexualidad”.
“El sexo genera variación entre las crías y cuando le quitas eso a un reproductor sexual con la endogamia o clonándolo, pierdes el beneficio del sexo; generar esa gran diversidad, esa variación en tu prole crea retos a todo lo que la rodea, retos para los parásitos, para los virus, para sus competidores. Esa es la belleza del proceso sexual, la variación y la maravillosa diversidad que crea. Aumenta la posibilidad de supervivencia de una especie en un mundo dominado por una competencia implacable”, se refirió en el documental.
Más adelante, en el material se abordaron las investigaciones en torno a la posibilidad de que las crías de algunas especies puedan sobrevivir si una hembra elige a un compañero que permanezca junto a ella, en vez de uno con mejores genes.
Otros estudios indican que la evolución ha favorecido a los machos y hembras que comparten la tarea de la paternidad, por lo que la solución es la monogamia, una solución social a un problema biológico. Los infantes humanos también nacen totalmente dependientes del cuidado de los padres.
Para finalizar, Dionisio Meade, presidente de Fundación UNAM, señaló la importancia del desarrollo científico; “somos privilegiados de vivir en este momento en que la ciencia tanto le ha podido abonar al conocimiento del hombre, el genoma humano de reciente descubrimiento es un ejemplo que ha significado un parteaguas en la historia del conocimiento humano y de la medicina.
“El tema es una motivación para que los jóvenes continúen sus estudios en las áreas de la genómica. La pandemia nos enseñó la importancia de mejorar el conocimiento del planeta y eso empieza con el conocimiento de uno mismo”, concluyó.