En buena parte de México, las fiestas decembrinas suelen asociarse a temperaturas bajas, por lo que durante las posadas las personas visten prendas abrigadoras.
En estas reuniones, el frío se convierte en un tema de conversación y se asocia directamente con el invierno que llega entre el 21 y 22 de diciembre cada año.
Entre los regalos navideños se entregan guantes, gorros, bufandas o suéteres para hacer más llevadera esta estación del año.
¿Te has puesto a pensar que estas conversaciones en torno al frío y los obsequios abrigadores durante Navidad sólo tienen sentido en una porción del mundo? En primer lugar, porque sólo una tercera parte de la población mundial es cristiana y, en segundo, porque del total de cristianos, alrededor del 65 por ciento habita en el hemisferio sur.
En el hemisferio norte, a partir del equinoccio de otoño que ocurre entre el 22 y 23 de septiembre de cada año, las temperaturas comienzan a descender y entre el 21 y 22 de diciembre se presenta el solsticio de invierno, época del año con las temperaturas más bajas que se extienden hasta febrero.
Esta sucesión de estaciones del año en el hemisferio norte son inversas a las que se registran el hemisferio sur; en el equinoccio de septiembre inicia la primavera, mientras que en el solsticio de diciembre llega el verano. Por esta razón, para los cristianos del hemisferio sur, la Navidad viene acompañada de temperaturas altas.
Cabe señalar que a pesar de que el nacimiento de Jesús se celebra durante el verano en el hemisferio opuesto al nuestro, la influencia de los países septentrionales con inviernos nevados, a través de la mercadotecnia, ha hecho que Santa Claus, los renos y los trineos también sean imágenes relacionadas con la Navidad veraniega meridional.
Movimiento terrestre
La oposición estacional entre ambos hemisferios se debe a la inclinación del eje terrestre y al movimiento de traslación que efectúa la Tierra alrededor del Sol.
Al estar inclinado el eje de rotación de nuestro planeta, cuando la Tierra llega a uno de los extremos de la órbita, el polo norte queda apuntando hacia el Sol, mientras que sur apunta en sentido contrario.
Lo anterior provoca que nuestro hemisferio reciba más energía solar, mientras que en el opuesto se tiene una menor cantidad. Como resultado, las temperaturas en el norte son mayores que las del sur; así, en el hemisferio boreal hay verano y en el austral, invierno.
Al seguir la trayectoria anual, la Tierra llega al otro extremo de su órbita donde el eje terrestre cambia su posición respecto al Sol. Ahora, el hemisferio sur apunta hacia esta estrella y, el norte, en sentido contrario. En este punto se invierten las estaciones el año, en nuestro hemisferio tenemos verano en junio y julio, en tanto que es invierno en el hemisferio opuesto.
Estas diferencias estacionales también repercuten en otros aspectos de la vida cotidiana, tal es el caso de la calendarización del ciclo escolar y el periodo vacacional.
En el hemisferio norte es durante el verano cuando gozamos de nuestras vacaciones largas de cambio de ciclo escolar. En cambio, en Argentina, Chile o Australia, éste inicia en enero y culmina en diciembre, por lo que sus vacaciones de cambio de ciclo escolar también se dan durante el verano.
Este es un ejemplo de cómo la geografía nos explica las razones por las que el mundo no es igual para todos. Este conocimiento nos enseña que cada lugar tiene sus particularidades y hay que saberlo apreciar.
*Profesora del plantel Sur